Publicado el marzo 29th, 2021 | por Esther Jiménez
0Virginia Woolf: Conmemorando los 80 años de su muerte, por Esther Jiménez
Buenos días, buenas tardes, buenas noches… ¿Cómo estáis? Estoy segura de que estáis disfrutando de esta semanita de vacaciones. Yo vengo a contaros que hoy (bueno ayer día 28 de marzo) hace 80 años de la muerte de nuestra amiga Virginia Woolf. He recopilado algunos fragmentos de sus escritos para conmemorarla de la mejor manera posible, a través de sus hermosas palabras. A ver qué os parece.
"Estaba sentada en el suelo - Ésta era su primera impresión de Sally - estaba sentada en el suelo con los brazos alrededor de las rodillas, fumando un cigarrillo. ¿Dónde pudo ocurrir? ¿En casa de los Manning? ¿De los Kinloch Jones? En una fiesta (aun cuando no sabía con certeza dónde), ya que recordaba claramente haber preguntado al hombre en cuya compañía estaba: -¿Quién es ésta?- Y él se lo dijo, y añadió que los padres de Sally no se llevaban bien (¡cuánto la escandalizó que los padres se pelearan!). Pero en el curso de la velada no pudo apartar la vista de Sally".
"Ella iba vestida de tul color rosado, ¿era posible? De todos modos, parecía todo luz, todo esplendor, como un pájaro o como un levísimo plumón que, llevado por el viento, se posa un instante en una zarza. Pero nada hay tan raro, cuando se está enamorada (¿y qué era aquello sino amor?), como la total indiferencia de los demás"
"En consecuencia no tenía excusa; no tenía nada, salvo el pecado por el que la humana naturaleza le había condenado a muerte, el pecado de no sentir. Poco le había importado que mataran a Evans; esto era peor; pero todos los restantes delitos alzaban la cabeza y agitaban los dedos y gritaban y soltaban risotadas desde los pies de la cama a primeras horas de la madrugada, dirigidas al cuerpo postrado que yacía consciente de su degradación; se había casado con su esposa sin amarla; le había mentido, la había seducido; había ultrajado a la señorita Isabel Pole, y estaba tan marcado por el vicio que las mujeres se estremecían cuando le veían en la calle. La sentencia que la humana naturaleza dictaba en el caso de semejante desecho era de muerte"
"Tal vez haya una relación consanguínea entre las cualidades; una arrastra a la otra y es lícito que el biógrafo haga notar que esta torpeza corre pareja con el amor de la soledad. Habiendo tropezado con un arcón, Orlando amaba naturalmente los sitios solitarios, las vastas perspectivas, y el sentirse por siempre y por siempre solo".
"Estaba al alcance de la mano. Era una mujer. Orlando la miró azorado, tembló; sintió calor, sintió frío; quiso arrojarse al aire del verano; aplastar bellotas bajo los pies; estirar los brazos como las hayas y los robles. De hecho, replegó los labios sobre los dientes blancos, los entreabrió una media pulgada como si fuera a morder; los cerró como si hubiera mordido. Lady Euphrosyna pendía de su brazo".
Las Olas:
"Soy el tallo. Mis raíces descienden hasta las profundidades del mundo, a través de tierras secas, de roca, a través de húmedas tierras, de vetas de plomo y de plata. Soy todo fibra. Todos los temblores me estremecen, y el peso de la tierra oprime mis costillares. Aquí, mis ojos son hojas verdes que no ven".
"Ahora me entregaré. Ahora me soltaré. Ahora por fin liberaré el retenido, el violentamente rechazado deseo de ser consumida. Juntos galoparemos por desiertas colinas, en las que la golondrina hunde las puntas de las alas en oscuras lagunas y las columnas erectas se conservan enteras. A la ola que se estrella en la playa, a la ola que lanza su blanca espuma hasta los más lejanos confines de la tierra, arrojo mis violetas, mi ofrenda a Percival".
"El sol arde. Veo el río. Veo los árboles moteados y quemados a la luz del otoño. Pasan flotando las barcas, cruzan el rojo, el verde. Tañe a lo lejos una campana, pero no toca a muerto. Hay campanas que tocan a vida. Cae una hoja, de alegría. ¡Ah, estoy enamorado de la vida!"
Bueno, yo también estoy enamorada de la vida y de la manera de Woolf de retratarla. Espero que os haya gustado y ¡nos vemos muy pronto!
Guion, locución: Esther Jiménez