Publicado el Enero 28th, 2014 | por InOutRadio
0Ágora poética: ‘Más poesía’
Poemas de Viky Frías ELLA HA VENIDO
No se puede decir que lo pidiera
fue un viaje imprevisto
que duró varios meses;
vino con su carroza de carne
tirada por cuatro piernas
al principio, después por dos.
Apareció primero la cabeza,
luego llegaron los demás
miembros del séquito.
Llevaba cinco antenas
para captar sonidos, aromas,
luces, y todo lo que hubiera.
Su blanca voz de soprano
llegaba fácilmente al do de pecho:
estremecía biberones
hacía añicos los cristales.
Lloró cuando nos vio,
eso nos produjo un gran complejo,
procuramos
esquivar su mirada.
Era pobre, al revisar la placenta
no encontramos
ni trajecitos de oro
ni pan debajo del brazo,
tuvimos que prestárselos
bajo promesa de
que aquí los dejaría
cuando se fuese de vuelta,
le preguntamos
si venía por mucho tiempo
pero nada sabía.
Apretaba en el puño
un papel arrugado,
era el guión de su representación;
al final de la misma conseguimos saber
a qué había venido, ya que
dio de comer al pájaro azul,
engendró hijas y plantó árboles con sus iniciales,
dejó correr un río de pensamientos por la frente,
fundó una compañía,
pero sabemos que vino, sobre todo, a ser reina de corazones
aunque tuvo que batallar mucho por el trono.
SOY INOCENTE
Yo, mujer,
soy inocente
de todo lo que han escrito sobre mí.
Infinitos versos definen mi mirada;
perlas son mis dientes,
rubíes mis labios
oro mis cabellos
terciopelo mi piel.
A todos esos tesoros soy ajena.
Quiero descender del altar al que me subieron
donde los angelitos
se cuelgan de mis pechos,
queman mi túnica y la suya con el incienso
e insisten en llamarme “madre”.
Tampoco me considero una malvada inconsciente
que arrastra a los abismos
todo lo que atrapa.
Quiero subir de los infiernos,
no me gustan honduras tortuosas ni ambientes
demasiado caldeados.
Tengo mi nombre, no soy Eva,
ni Lilith, ni Circe, ni Pandora…
Poemas de Montse Gallart
SOLILOQUI DE TARDOR
Cómo llenarte, soledad,
sino contigo misma…
(L. Cernuda. Soliloquio del Farero)
La solitud no s’emplena amb un nom.
De tant en tant, però, pot vestir la seva aspror amb la música…
La solitud fa com l’eco:
es crida una i altra vegada a ella mateixa
i s’encasta a les parets de casa i al cos.
Viu allí; allí té la seva seu
i, si de vegades se’n va
perquè algú posa el nostre nom
dins la seva veu,
quan deixen de dir el nostre nom
torna amb més força i ho inunda tot.
Aleshores és tsunami i terratrèmol (!!).
La solitud és la nostra segona pell,
i tothom té la seva.
Se’n ve amb nosaltres de viatge,
ens convida a dinar i a sopar
i, quan es fa cruel, al llit.
Potser la sentim més amb temps de pluja,
que ens fa estar quiets i recollir-nos.
Aleshores la veiem allí,
que ens observa, quieta com nosaltres,
persistent i tossuda com l’onada
que mai no interromp el seu batec.
Batega dins nostre, tan nostra com és,
i ens dóna la negra carícia,
la urpada breu perquè no l’oblidem,
perquè no menystinguem la seva força.
I no cal pas que la combatem,
que la canviem per ningú;
és debades,
serà la nostra companya per sempre,
perquè és destí de l’ésser
néixer i morir sol.
HE VINGUT PER VEURE…
(Com en un mirall de He venido para ver, de Luís Cernuda)
He vingut per veure la càlida
llum del capvespre en dies de sol nítid,
la trèmula claror
de l’Arc de Sant Martí rere un aiguat,
per veure els vestits blaus i maragda de la mar.
He vingut per sentir l’aire
carregat de primavera,
per sentir el frec
de la teva pell quan dorms
prop de mi, per sentir-te dir
el meu nom dia rere dia
fins a la fi del temps
que ens sigui donat.
Per escoltar les clàssiques
cançons franceses dels intèrprets
d’abans en el meu espai íntim.
He vingut per dansar les danses gregues
mentre grinyola un bouzouki contrit,
rere el qual Grècia es queixa.
He vingut seduïda
per la dolça harmonia dels felins.
He vingut per perdre vanitat,
enveja i gelosia,
per guanyar paciència
i el tast d’uns quants amics.
He vingut per aprendre les passes
que em tornin a l’espontaneïtat primera,
per aprendre la paraula precisa
que perduri a la capsa humil dels poemes.
He vingut per ser expressió de mi
i de la vida,
per a esperar l’arribada
d’una néta o d’un net amb els ulls lliures.
He vingut només per a tu,
per la brasa que un dia
s’encengué en els teus ulls, per convocar-te
a través d’aquests versos,
per esperar el bes que ara no rebo.
I em cuidaré bé els llavis per si tornes.
Poemas de Claudia Truzzoli NAUFRAGIO
Me duele tanto el alma por perderte
Obstinada por deseos que no mueren
No tuvimos el tiempo
Tan lejanas y a la vez tan dentro
Sufriendo un desamor innecesario
Esperando un futuro tan incierto
Regalándote una fe reconstruida
Reuniendo coraje para estar
Anhelando ser tu compañera
Tan diferente, verdadera y cierta.
Sabes, corazón, que triste es el olvido
Antes de agostar el sentimiento
Nada en ti es claro ni sencillo
Certidumbre ni paz ni sosiego
Horroriza la dureza de tu cielo
Esperanza perdida por descuido
Naufragio de mi barca mirando tu velero
DESAMOR DE PASO LENTO
Si sé que voy camino de ser
un nombre más en tu agenda numerosa,
que con el paso del tiempo
llegarás incluso a preguntarte
¿quién era esta?
Si sé que en este declive forzoso
hacia el olvido
mi presencia, tenue hoy, deviene
invisible mañana,
si sé que tus sentidos no me llaman ya
ocupados con otras ilusiones,
si sé que amarte es querer ver la luna llena
en tiempo de menguante,
si sé que desear que tu risa me acompañe
es jugar con una mina antipersona,
si sé todo lo que sé
¿por qué el desamor anda con un paso tan lento?
Poemas de Anna Comas
SOLILOQUIO DE MI MISMA (imitando a Luis Cernuda)
Cómo olvidarte, soledad
Sino con la renuncia.
De niña leía y leía
Y construía mi futuro a base de sueños nocturnos
En ti, mi soledad, intuía mundos distintos,
Libre al fin, fiel a mi misma;
Eterna ambición de viajar
Más allá de todas las montañas.
Me perdí durante años dando tumbos,
No llegué a conocer todas las tierras ignotas,
Sino que encontré falsos amigos y falsos amantes.
Traté de ser mi propia luz,
Pero la lluvia y las tormentas me desviaban
Del camino,
Y un sol demasiado radiante me cegaba;
Lejos de la verdad, olvidé mis sueños
Y te negué, soledad, mil veces.
Ni los amores fingidos,
Ni las amistades de salón,
Ni los nombres ilustres,
Ni los placeres, permitidos o prohibidos,
Me dieron la esencia de la vida,
Que me diste tú.
Ahora me encuentro de nuevo contigo,
Cara a cara,
Manché tu recuerdo con deseos vanos,
Objetos vacuos;
Ahora recupero la limpieza del cielo,
La lluvia ya no me distrae,
Un bosque de emociones nuevas me acoge,
Y el mar, ese mar, azul o gris, todo hermosura
Me devuelve la voz que me otorgaron
Tu fuerza y tu debilidad.
Desde lo alto del acantilado, miro las olas
Chocar contra la roca oscura,
Como siguen chocando mis emociones con la realidad.
¿Alguien me sigue?
¿Alguien me ve de lejos?
¿A quién puedo advertir del dolor que le aguarda?
¿Soy, acaso, un ser vivo?
Quisiera ser roca y faro de aquellos que,
Desorientados,
Abominan de la soledad
Y no se aman a sí mismos.
Muchedumbres perdidas,
Inmersas en el error,
No aman porque se niegan a saber y a conocerse.
¡Oh tú, verdad solitaria!, mi pasión,
La soledad de niña me recibe de nuevo y me guía.
El mar, el sol, la libertad.
Porque la libertad de todos es la soledad.
Aún en multitud estamos solos.
Busqué a hombres y mujeres
Para compartir mi soledad,
Ya quedaron lejos, no tengo nostalgia,
Pero, sola, aún les amo.












