Publicado el diciembre 24th, 2020 | por InOutRadio
0CocínaLES: "Pava rellena de Navidad"
Mirad por dónde, ya estamos en Navidad. ¿Y qué se come en estas fechas tradicionalmente? ¡Pavo! ¿Por qué? Eso no lo sabemos, lo único que sabemos es que, por lo que parece, hay que comerlo sí o sí. Aunque aquí, en InOutRadio, preferimos la pava, como es normal. Por eso, esta semana os proponemos una receta muy adecuada para que podáis compartirla con vuestra familia mientras cantáis villancicos: una deliciosa pava rellena…
INGREDIENTES (para una familia de lesbianas)
- Una pava de corral, criada en libertad
- Beicon y dátiles (para el relleno)
- Moscatel (que aquí denominaremos “moscatella”, porque preferimos siempre las cosas femeninas)
PREPARACIÓN
Lo más importante es escoger bien la pava. Si conocéis a alguna criadora experta, mejor que la compréis directamente en su granja que en el supermercado. Ante todo, buscad siempre la calidad. Sabréis que la pava ha sido criada en libertad porque será salvaje y seguramente dirá muchos tacos cada vez que abra la boca. Aseguraos también de que está rellenita, las pavas escuálidas no saben a nada… Y además, tiene que ser muy pava, mucho, cuanto más, mejor. Esto de ser pava tiene dos interpretaciones posibles: o es presumida hasta el extremo, o bien es cursi de la muerte. Escoged vosotras la variedad que prefiráis, según vuestros gustos.
Ya de vuelta en casa con la pava, la colocáis tumbada de espaldas sobre el mármol de la cocina y preparáis el relleno de beicon y dátiles. Para rellenar la pava, hacedlo aprovechando sus orificios naturales: la boca, el cucu y el chichi. Teniendo tantos la animala, sería una insensatez practicarle nuevos orificios, que no harían más que deslucir el plato final. Cuando tengáis la pava bien rellena, tenéis que coserle los orificios, para evitar que el relleno se salga durante la cocción. Así que, venga, cogéis hilo, aguja y dedal… ¡Y a coser! (si queréis, podéis cantar mientras coséis, así os será más fácil).
Y ya solo queda el paso final: colocáis la pava rellena sobre una bandeja, siempre tumbada de espaldas, y la ponéis en el horno. Y no olvidéis rociarla con la moscatella de vez en cuando durante el proceso de cocción. Dependiendo de lo vieja que sea la pava, tardará más o menos en asarse. Para saber cuándo está en su punto, la pincháis con un tenedor cada cierto tiempo. Cuando el tenedor se hunda en el cuerpo de la pava sin resistencia, el asado estará listo.
Y nada… A comer… ¡Feliz Navidad!