Publicado el diciembre 1st, 2014 | por InOutRadio
0CocínaLES: 'Pedos de monja'
INGREDIENTES (para 1 persona)
- Un convento
- Coles de Bruselas
- Un encendedor
PREPARACIÓN
Curiosamente, todo lo que tiene que ver con la Iglesia parece estar relacionado también con la el idioma italiano. Los pedos de monja no son una excepción, porque no siempre se han llamado así. Su creador fue un pastelero italiano que vivía en Barcelona y que los bautizó como “petto de monca”, ya que quiso dar a estas pastas la forma de un pecho de novicia. Al poco tiempo, la clientela catalana transformó la denominación original en “pit de monja” (pecho de monja), hasta que, con el paso de los años, la cosa derivó hacia el pedo de monja que hoy conocemos.
Conseguir un pedo de monja no es fácil. Primero, porque las monjas suelen ser seres vergonzosos, poco dadas al roce con el resto de mortales. Y segundo, porque tampoco acostumbran a peer en público. Si queréis tener éxito, debéis infiltraros en cualquier convento haciéndoos pasar por agricultoras. Las monjas son muy proclives a comprar todo tipo de verduras y hortalizas a particulares para consumirlas en sus conventos. Pues nada, os presentáis en el convento más próximo de vuestra localidad con una buena cantidad de coles de Bruselas que habréis comprado previamente en el supermercado. Si no encontráis coles de Bruselas no pasa nada, cualquier otra verdura flatulenta servirá. Veréis que las monjas os reciben con los brazos abiertos. Sed amigables y seguramente, además, os invitarán a comer con ellas para degustar juntas el exquisito manjar que les habéis llevado. No rechacéis la invitación, pues será vuestra oportunidad para conseguir al menos un pedo de monja.
Durante la comida debéis tratar de intimar con las monjas. ¿Con qué fin? Que os inviten a pasar la tarde con ellas. Necesitáis tiempo para que actúen las coles. Si trazáis bien vuestro plan, hacia media tarde observaréis que las monjas van y vienen corriendo por los pasillos del convento haciendo cola para usar el servicio. Es normal. Son las coles. En ese punto es cuando deberéis intervenir poniéndoos a la cola y esperando el momento oportuno con el encendedor a punto de sacar chispa. Colocad el encendedor discretamente a la altura del culo de la monja que hace cola delante de vosotras. Seguro que a los pocos minutos habréis conseguido un buen pedo de monja. O varios. Solo si sois rápidas con el encendedor lograréis verlos. En caso contrario deberéis conformaros con usar el sentido del olfato.
¿Que aproveche?... No, mejor que no.
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