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Desconocidas y Fascinantes: Adrienne Rich con Kika Fumero.

Adrienne Rich: lo personal es político con Kika Fumero.

De una sensibilidad militante, la poeta Adrienne Rich nunca tuvo pelos en la lengua. Su poesía es reivindicativa, revolucionaria y feminista por excelencia. Su tono poético-militante no deja inmune a ninguna mujer que la lea. Tanto sus poemas como sus ensayos son ejemplos de literatura comprometida. La poesía es un derecho humano – declaraba ella.

En la misma línea que su amiga Audre Lorde, Rich utilizó el arte para militar y reivindicar en voz alta. El silencio es un arma que actúa en nuestra contra. Como muy bien declara Mª Soledad Sánchez Gómez – traductora de dos de sus libros y, por tanto, gran conocedora de Adrienne-: “la obra de Rich pone de manifiesto la evidencia de que es posible exigir responsabilidad [social y moral] a la belleza”.

“Cuando una mujer dice la verdad, está creando la posibilidad de más verdad a su alrededor”. (RICH, ADRIENNE: Sobre mentiras, secretos y silencios, editorial Horas y Horas, 2011)

Adrienne Rich nació en Baltimore en plena crisis del 29 en el seno de una familia adinerada. A la temprana edad de 22 años publicó su primer libro de pomas, A change of world (“Un cambio de mundo”). Unos años más tarde se casó con el economista Alfred Conrad, padre de sus tres hijos. Fue madre por primera vez a los 26 años y a los 30 ya había dado vida a sus tres retoños. Hasta ese momento Adrienne, que se encontraba en una vida que ella misma definiría más tarde como de “domesticidad absoluta” y publicó una poesía no comprometida, que seguía las líneas patriarcales del mundo anglosajón. Pero no por mucho tiempo. Pronto se implicaría de lleno en los cambios políticos y sociales de EE.UU. y se dedicaría a investigar la relación del lenguaje y el poder: el lenguaje como arma de reivindicación, como una herramienta capaz de retransmitir la realidad en su estado puro (y duro), sin máscaras ni algodones. En esta época Rich comenzó a investigar los derechos de las minorías y se involucró en cuerpo y alma en el Movimiento de Liberación de la Mujer. Necessities of Life (Necesidades vitales, 1966), Leaflets (Folletos, 1969) y The Will to Change (La voluntad de cambiar, 1971) se convirtieron en testimonio de su convicción de que lo personal es político.

Poco tiempo después de la separación de su marido, éste se quita la vida trágicamente. Adrienne plasmó este fatídico suceso en los poemas de esta época. A partir de este momento, Rich se dedicó de lleno al feminismo y dio rienda suelta a su orientación sexual como lesbiana. En 1973 gana el premio National Book Award con la publicación de Diving into the Wreck (Buceando hacia el naufragio). Rich dedicó este reconocimiento a todas las mujeres.

Feminista, madre, lesbiana, luchadora, creadora, amante, reivindicativa, filósofa, revolucionaria, pensadora. Ésta era Adrienne Rich. Temas como la sexualidad, el racismo, el amor lésbico, las injusticias socio-económicas o los derechos de las mujeres son algunos de los que toman vida en su literatura. Su compañera de vida durante de 30 años fue la escritora Michelle Cliff.

Adrienne Rich tenía un carácter fuerte y las ideas muy claras. Estas dos virtudes le valieron para rechazar la Medalla Nacional de las Artes que Bill Clinton le concediera en 1997 porque, según, el arte era incompatible con la política cínica del gobierno americano. En su ensayo Por qué rechacé la medalla nacional de las artes, que es una carta dirigida al entonces presidente de los EE.UU., Adrienne Rich fue contundente:

En las últimas dos décadas he sido testigo del impacto, cada vez más brutal, de la injusticia racial y económica en nuestro país. No hay una simple fórmula que relacione el arte con la justicia, pero sé que el arte no significa nada si simplemente decora la mesa para la cena del poder que lo mantiene rehén. Las radicales disparidades de riqueza y poder en Norteamérica se están agrandando a una velocidad devastadora. Un Presidente no puede rendir honores significativamente a determinados artistas simbólicamente elegidos mientras la gente, en su mayor parte, está tan deshonrada […] Mi preocupación por mi país es inseparable de mis preocupaciones como artista. No podría participar en un ritual que me parece tan hipócrita.

Su trabajo no dejó de ser reconocido continuamente. Así, en 2004, obtuvo el premio Nacional del Círculo de Críticos Literarios en la categoría de poesía por su colección The School Among the Ruins.

El pasado 27 de marzo, la vida de esta magnífica mujer tocó su fin a los 82 años. La poeta norteamericana fue víctima de una artritis reumatoide que padecía desde hacía tiempo. Se encontraba en Santa Mónica (California).

Ella nos enseñó el espíritu de equipo, de grupo, para no sentir miedo, para no sentirnos solas. Este mes, desde MíraLes, dedicamos este espacio a la que fuera madre de las feministas.

Adrienne nos dejó un gran legado tras de sí y muchas semillas plantadas. Ojalá seamos capaces de recoger esos frutos con inteligencia. Aquí les dejo dos de sus poemas más conocidos, que se recogen en su libro de Veintiún poemas de amor y que hablan del amor lesbiano.

III

Porque ya no somos jóvenes, las semanas han de bastar

por los años sin conocernos. Sólo esa extraña curva

del tiempo me dice que ya no somos jóvenes.

Caminé acaso yo por las calles en la madrugada, a los veinte

con las piernas temblándome y los brazos en éxtasis más pleno?

Acaso me asomé por alguna ventana buscando la ciudad

atenta al futuro, como ahora aquí, esperando tu llamada?

Con el mismo ritmo tú te aproximaste a mí.

Son eternos tus ojos, verde destello

de hierba salvaje refrescada por la vertiente

Sí. A los veinte creíamos ser eternas.

A los cuarenta y cinco deseo conocer incluso nuestros límites.

Te acaricio ahora, y sé que no nacimos mañana,

y que de algún modo tú y yo nos ayudaremos a vivir,

y en algún lugar nos ayudaremos tú y yo a morir.

 

Poema emergente, sin número

Pase lo que pase, vivirá en mí

tu cuerpo. El ondeante ejercicio de tu amor,

sensible, frágil como la fronda apenas enroscada

del helecho en espiral en los bosques

recién dorados por el sol.

Amplios, tus muslos, viajeros nobles y generosos

donde mi rostro entero se hunde una y otra vez…

La sabiduría honda y la inocencia de esa morada

descubierta para mi lengua…En mis labios, el ritmo

tembloroso e insaciable de tus pechos…

Sentir tu mano en mí, firme, protectora,

descubriéndome, con la fuerza de tu lengua

y tus dedos finos llegando allí, donde te esperé siempre,

en mi fondo húmedo y rosa. Pase lo que pase,

ahí estarás tú.

 


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Desconocidas y Fascinantes: Ma Rainey con Eulàlia Amigó.

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Ma Rainey, “Mother of the Blues” con Eulàlia Amigó.

Una noche en un remoto rincón de Missouri (E.E.U.U.) una desconocida entró en la carpa de unos artistas ambulantes, después de su actuación, y entonó una canción a la vez triste y desconcertante. Ma Rainey se quedó fascinada por la intensidad de la melodía de tal forma que decidió incorporarla a su espectáculo. Corría el año 1902 y, según declaró ella misma más tarde, acababa de descubrir el blues.

La mujer que había hecho tan sensacional descubrimiento nació en Columbus (Georgia) en 1886, aunque su familia procedía de Alabama. Sus ascendientes fueron trabajadores rurales negros, que sobrevivían con los exiguos beneficios que les proporcionaba el cultivo de algodón.

Gertrude Pridgett se convirtió en Ma Rainey a la edad de 18 años al casarse con un cómico de talento inferior al suyo apodado Pa Rainey. Desde entonces apareció en los carteles publicitarios como Madame Rainey, pero se la conocía con el diminutivo afectuoso de Ma.

Los Rainey formaron parte de la compañía Rabbit Foot Minstrels con la que recorrieron el profundo sur y los estados del centro. Y en uno de esos periplos fue donde Ma encontró a Bessie Smith, la futura “Emperatriz del Blues”, a la que enseñó a manejarse en un escenario y a la que, según una leyenda muy extendida, habría raptado para convertirla en una de las integrantes de la compañía. Por lo que sabemos, Bessie ardía en deseos de abandonar su ciudad y se marchó por propia voluntad, aunque este rumor, podría aludir de forma velada al hecho de que las dos cantantes habrían sido amantes, al menos así lo afirma Sandra Lieb, biógrafa de Ma Rainey.

Sea como sea, de lo que sí tenemos la certeza es de que Ma fue arrestada en Chicago en 1925 por conducta indecente: al parecer se encontraba desnuda en compañía de algunas de sus bailarinas. Se dice que Bessie Smith pagó la fianza. Al tratarse de un mito de la música, poco o nada se sabe de su marido, que quedó relegado al anonimato.

En aquel tiempo, la blueswoman ya había fundado su propia compañía y había establecido su base de operaciones en Georgia, su estado natal. La suya es la clásica historia americana de éxito: surgió de la nada y consiguió triunfar; prueba de ello es que adquirió su propio autobús para salir de gira y se convirtió en empresaria teatral.

Por ello, cuando en 1923 empezó a grabar para el sello Paramount, Ma Rainey era una artista consagrada y conocida en el circuito de los espectáculos de variedades. En cinco años grabó cerca de 100 canciones, algunas de las cuales, figuran entre las más conocidas, no solo de la historia del género, sino también de la música de raíces afroamericanas.

La compañía proclamó en su presentación que había descubierto, al fin, a la madre del Blues, pues su voz gutural y su estilo profundamente enraizado en la tradición afroamericana la convertían en una figura primigenia. Por desgracia, la baja calidad de las grabaciones no nos permite valorar el impacto que causaba en la audiencia, en especial entre las mujeres, quienes se sentían muy identificadas con ella, por la perspectiva femenina que imprimía en sus canciones.

En 1928 a causa de la llegada del cine sonoro y de la radio, la industria musical sufrió un fuerte revés que se agravaría con el crack del 29. Ma Rainey fue apartada del primer plano -de forma irónica- por las mismas razones que la habían catapultado a la fama: de repente su estilo se consideró excesivamente anticuado y tradicional. No obstante, esta retirada prematura le permitió esquivar los efectos de la Gran Depresión y afrontar con cierta comodidad los últimos años de su vida como propietaria de dos teatros en su ciudad natal.

Antes de su adiós de la escena discográfica, la madre del blues, dejó para la posteridad una verdadera perla: “Prove it on me blues” (1928). En esta canción se presenta como una mujer lesbiana sin tapujos y afirma que sale “con una pandilla, tenían que ser mujeres porque no me gustan los hombres”. La discográfica incluso tuvo la osadía de publicitar la canción con un cartel en el que la cantante aparecía vestida con traje y corbata e intentaba ligar con dos chicas.

Ma Rainey fue una mujer valiente que no comulgaba con los valores de la sociedad imperante: en sus canciones se atrevió a desacreditar una institución como el matrimonio e hizo todo lo posible por alejar a la mujer negra del estereotipo de víctima a merced del hombre.

Murió en 1939, a causa de un infarto, dejando un legado musical considerable, alabado por artistas tan alejados del blues como Bob Dylan y en el que destacan temas versionados por músicos de la talla de Elvis Presley o Ray Charles.

Para saber más:

- “Blues Legacies and Black Feminism”, Angela Y. Davis, Pantheon Books (1998).

- “Mother of the Blues: A Study of Ma Rainey”, Sandra Lieb, University of Massachussets Press (1983).

Ma Rainey: Prove It On Me Blues”

Went out last night, had a great big fight

Everything seemed to go on wrong

I looked up, to my surprise

The gal I was with was gone.
Where she went, I don’t know

I mean to follow everywhere she goes;

Folks say I’m crooked.

I didn’t know where she took it

I want the whole world to know.
They say I do it, ain’t nobody caught me

Sure got to prove it on me;

Went out last night with a crowd of my friends,

They must’ve been women, ‘cause I don’t like no men.

It’s true I wear a collar and a tie,

Makes the wind blow all the while

Don’t you say I do it, ain’t nobody caught me

You sure got to prove it on me.

Say I do it, ain’t nobody caught me

Sure got to prove it on me.

I went out last night with a crowd of my friends,

It must’ve been women, ‘cause I don’t like no men.

Wear my clothes just like a fan

Talk to the gals just like any old man

Cause they say I do it, ain’t nobody caught me

Sure got to prove it on me.

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Desconocidas y Fascinantes: Gretel Ammann con Isabel Franc y Dolors Majoral.

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Gretel Ammann: Filosofa, Feminista radical, Lesbiana separatista, militante y activista. Polifacética y siempre en guardia con Isabel Franc i Dolors Majoral.

Un frío 17 de enero de 1947 en Donosita, País Vasco, llegó a la familia Ammann Martínez, “la Margarita”. Así se llamaba oficialmente: Margarita Ammann Martínez. Su padre, que era austriaco, eligió para su hijo y su hija nombres que se correspondieran tanto en castellano como en alemán. De Margarita, en alemán Margaret, salen los diminutivos Gretchen o Gretel y este nombre resultará singular en el entorno barcelonés; “la Gretel” fue singular en todos los campos en los que incidió.

Mantuvo siempre las dos nacionalidades. Cuando tenía dos años, su familia se trasladó a Barcelona. Estudió en la Escuela Alemana, y allí creó su primera revista, muy crítica con la política del centro, lo que le valió la expulsión… (la invitaron a marcharse)

Cursó 6º de Bachillerato en el Institut Maragall donde conoció y se enamoró de una compañera. Al saberlo, sus padres la obligaron a elegir entre un tratamiento psiquiátrico en Barcelona para “curarse” del lesbianismo o ir a un internado en Suiza. Ella eligió quedarse para estar más cerca de su amada.

Estudió Filosofía y Letras en la UB y ya en el primer curso, organizó una lectura pública de poemas en el que ella misma participó con su poesía y acompañando el recital a la guitarra con su propia música; y creó también una revista de estudiantes.

En el 71 fue a vivir un año París, estudió en la Sorbona y contactó con grupos de signo troskista.

De regreso a Barcelona trabajó en diversas escuelas y academias antes de entrar en la Escola Tramontana, en el barrio del Carmel. Su implicación con las familias obreras la llevó a instalarse en el mismo barrio; se unió a la lucha de las asociaciones de vecinos y vecinas y se metió de lleno en la política troskista aunque sin militar en ningún partido. Es en 1976 cuando se afilia al Moviment Comunista de Catalunya y participa en las primeras Jornades Catalanes de la Dona. En estas fechas se inicia la larga lista de grupos y publicaciones a las que se entregó con toda la fuerza de la lucha por los derechos humanos, a favor de la paz y la dignificación de las mujeres y, sobre todo, de las lesbianas.

Polifacética y llena de energía, supo combinar la actividad militante con la artística. Componía y cantaba sus propias canciones. En el 78 creó el primer grupo musical de mujeres y se adentró en el mundo de la fotografía (muchas fotos del movimiento feminista las hizo y reveló ella misma y luego las regalaba). Fue activista del movimiento Feminista y encabezó las reivindicaciones de las lesbianas tanto en Catalunya como en el resto del estado. Escribió numerosas ponencias en reuniones, asambleas, encuentros, congresos y jornadas. Cabe destacar su trabajo: Feminismo de la diferencia, presentado en Granada 79 que sirvió de punto de partida para la larga discusión de los feminismos en todo el Estado Español.

En 1980, junto con tres compañeras, abrió la primera Casa de la Dona en la calle Cardenal Casanyes. A partir de esta fecha inicia una intensa, casi frenética, militancia. Colabora en las 1ªs Jornadas Estatales de Lesbianas en Madrid; las de feministas independientes en BCN; en la II semana de Estudios Sexológicos en Vitoria (por citar algunas); colabora con diversas publicaciones de temática reivindicativa. Traduce y publica el manifiesto SCUM de Valerie Solanas; participa en la versión española del libro Nuestros cuerpos, nuestras vidas del colectivo de mujeres de Boston (ed. Icaria). En 1981 crea la revista Amazonas, publicación exclusiva de creación lesbiana, y participa en el primer programa de televisión sobre lesbianismo emitido por una TV pública para todo el Estado.

Junto con Lola Mayoral, su compañera durante 18 años, creó también el primer grupo de teatro de mujeres: Grup Gram Teatre y tuvo un papel muy destacado dentro de esta compañía, tanto en la creación de textos y la puesta en escena como por su “mirada externa”, como le gustaba llamarla, y por su aportación económica y personal en la producción de los espectáculos. Desde los inicios de su militancia y hasta el día de su muerte no paró de promocionar i crear grupos de mujeres y publicaciones, la mayoría financiados con su propio dinero.

En 1984 funda el Centro de Estudios de la Mujer “El Centro”, asociación sin ánimo de lucro de la que surgirán diversas entidades como la renovada Asamblea de Feministas Independientes de Barcelona, la Asociación Cultural de mujeres “La Nostra Illa”, que acaba de cumplir su 25 aniversario; la primera Escuela feminista de verano y la Red de Amazonas que organizó en 1987 la, también Primera, Semana de Lesbianas de Barcelona, con participación europea.

Después de 4 o 5 publicaciones, no muy exitosas, en 1989 creó la revista Laberint, en cuyo enuncia podía leerse: Esta revista pretende abrir un debate desde el Feminismo Radical y el Lesbianismo Separatista. Para ello aporta reflexiones, discusión creaciones e información”. Durante diez años, Gretel confeccionó casi integramente esta revista cuatrimestral, de la que existen 36 ejemplares.

Sigue su intensa y apasionada actividad hasta sus últimos días. Milita en diversos colectivos y participa en todas las manifestaciones de carácter reivindicativo o de denuncia tanto en el ámbito feminista y del lesbianismo como en los relativos a la paz, el desarmamento y la ecología; interviene en la ocupación de diversos espacios para tener una casa de mujeres y en el nacimiento tanto de Ca La Dona como de la Xarxa Feminista de Catalunya.

Imparable, si la muerte no nos la hubiera arrebatado, Gretel nos dejó en el año 2000 víctima de un cáncer fulminante, y dejó tras de sí un sinfin de puertas abiertas, que gracias a ella, muchas mujeres han podido atravesar.

Para saber más: La Xarxa Feminista publicó en diciembre de 2000 un libro con textos de Gretel, bajo el título: Escritos que se puede encontrar en el Fondo Documental de CA la Dona con el título de FONS GAM junto a otros muchos documentos suyos. Se puede hacer un primer acercamiento en

http://www.caladona.org/centredocumentacio/gretel/

Reproducimos unas palabra suyas: fragmento de: AUTOGESTIÓN DE LAS MUJERES. 1997

El poder de la mujeres es interno y propio/personal. No se puede quitar. Cada mujer lo tiene dentro de si y lo puede desarrollar. No hay mujeres con poder y mujeres sin poder. Todas las mujeres tienen su paisaje interno con todos los poderes.

Pero lo imprtante es que sean conscientes de ello y no se dejen alienar (“despoderizar”) por el patriarcado.

Por lo tanto ante ello, hay que crear zonas no patriarcales/no heterosexistas.

La primera zona somos nosotras mismas.

Hemos de limpiar nuestras mentes, nuestros corazones de cualquier rastro patriarcal, heterosexista, lo cual -se ha de decir- no es fácil. El sistema se emplea a fondo para alienarnos, para hacernos olvidar lo que es nuestro.

Y nuestros referentes no son muchos, ocultados o manipulados por la historia patriarcal.

Estamos obligadas a crear. Hemos de crearnos cada dia a nosotras mismas.

Con ello creamos también los nuevos valores que conllevan zonas no patriarcales en nuestro entorno: espacios, proyectos, iniciativas etc.

Todas estas zonas que escapan al poder patriarcal, escapan también a sus posibilidades de poder, mermando por lo tanto sus capacidades.

Mientras no recuperemos nuestro territorio no cambiaremos el mundo.

Creo en un cambio del mundo.

Este sistema patriarcal/heterosexista no nació hasta las invasiones indoeuropeas y, por lo tanto no ha existido siempre. E igual que no ha existido siempre, tampoco tiene porqué existir siempre, está caduco.

Me diréis que creo en una utopía.

Las utopías, cuando se creen y se viven, empiezan a existir.

 

Amor a las mujeres, un concepto distinto de la ética y la estética.

Una creación maravilosa que nos hace vivir nuestra pasión.

Barcelona, maig de 2012

LOLA MAJORAL i PUIG

 

 


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Desconocidas y Fascinantes: Alejandra Pizarnik con Isabel Franc y Viky Frias.

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Alejandra Pizarnik: poeta hasta la muerte con Isabel Franc y Vicky Frias.

Flora Alejandra Pizarnik nació en Avellaneda, cerca de Buenos Aires, el 29 de abril de 1936. Cuando empezó a publicar simplificó su nombre y pasó a llamarse Alejandra Pizarnik.

Sus padres eran inmigrantes judíos rusos y se dedicaban al comercio de joyería. Fue la segunda hija, su hermana Myriam le llevaba 20 meses y Alejandra siempre tuvo con ella una relación conflictiva. Miriam era la guapa oficial mientras que ella tenía graves problemas de acné, tendencia a engordar y una autoestima muy baja.

Al llegar a Argentina, los padres de Pizarnik no sabían ni una palabra de castellano. En casa se hablaba yiddish, el “oído” de Alejandra se formó en buena medida al contacto con esa lengua.

Las referencias a sus padres suelen ser lacónicas y desdeñosas: “Sería siniestro donar mi vida a dos dioses inútiles: el Padre y la Madre”, dice, o: “debo repetir por milésima vez que mis padres se esmeraron en arruinarme. Y lo lograron. Por ignorancia, por estupidez y por falta de afecto”

Como se deduce, la infancia de Alejandra fue desgraciada. Tanto sus Diarios como su prosa poética dejan entrever que sufrió abusos sexuales, aunque no da detalles.

Algunas entradas del diario de 1961 retratan a Pizarnik como una joven acomplejada por su gordura y su aspecto externo.

Sin embargo, un amigo dice de ella: “Alejandra, un muchachito en apariencia, pelo corto, pantalón eterno, nada bonita, toda encantadora”.

Los rasgos más destacados de su personalidad eran la ironía incisiva y una inteligencia no exenta de crueldad. Se cuenta que en una reunión se le acercó un joven poeta y le mostró los originales de unos poemas suyos. Ella los leyó detenidamente, y al devolvérselos exclamó, sonriendo: “Lo felicito, ¡qué buen tipo de letras tiene su máquina de escribir!”.

Con 19 años, Pizarnik publicó su primer libro de poesía, La tierra más ajena (1955). Hacía un año que había iniciado estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

En 1960, cuando tenía 24 años, se fue a París y allí permaneció cuatro años. La estancia en París permite delimitar tres momentos de su vida y obra, indisolublemente ligadas:

Antes del viaje, mientras está en Francia y a partir de su retorno a Buenos Aires. En París Alejandra no trabaja, no come; solo escribe, escribe, lee y conquista amigos franceses y latinoamericanos.

Desde muy pronto, escribir fue para ella un oficio sublime aunque agonizante. Varias veces se retrata llorando sobre una hoja en blanco. En ocasiones la escritura no fluye: «Siento un libro dentro de mí. Un libro que me atraganta. Un libro que me obstruye la respiración». Otras veces se tortura sintiéndose asesina de la poesía porque, según ella, no ha logrado escribir una poesía verdadera, donde la infancia, el sexo, el corazón, los miedos, la sed y las ideas trabajen al mismo tiempo.

Se queja de que había llegado tarde al «banquete de la cultura universal», que ya todo estaba escrito, que había demasiados libros sobre cada tema. De ahí su vehemente búsqueda de la originalidad. Se impone una disciplina de estudio y lectura con el fin de encontrar las palabras que le permitan expresar su sensibilidad, imaginación e intelecto, todo al unísono.

Los sentimientos de orfandad, soledad, dolor y muerte, son constantes temáticas de su obra.

Aunque ávida de amar, intuye que el amor le quita tiempo a su devoción literaria. “No quiero amantes”, dice, pues desordenarían las horas de estudio y creación. Al elegir entre la realización personal y el amor, enumera una lista de mujeres que optaron por caminos solitarios para realizarse como escritoras: las hermanas Brontë, Gabriela Mistral, Clara Silva, Mary Webb, Edna Millay, Alfonsina Storni, Safo, Rosa Luxemburgo, Concha Espina.

A pesar de que tiene varias amantes, la escritora en ningún momento utiliza para autodenominarse el término “lesbiana”, ya que le cuesta aceptar su sexualidad, pero al mismo tiempo siente que no puede definirse al no poder nombrarse como tal, le asusta la palabra “homosexual”. “Prejuicios viejos en mi vida joven”, afirma.

La construcción de una identidad lésbica sólo es posible lejos de las fronteras familiares y en otro continente, en París, ya que no existe en Argentina un entorno tolerante hacia una sexualidad fuera de los modelos patriarcales.

Los Diarios de Alejandra se publican con la censura impuesta por su hermana Myriam y evitan cualquier referencia a la vida privada de la escritora.

En uno de sus libros, el Árbol de Diana, Pizarnik muestra el amor lésbico con dolor, porque el ser querido se aleja, se aleja para siempre, y la poeta se siente morir por ese alejamiento.

13
Explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome.

14
El poema que no digo,
el que no merezco.
Miedo de ser dos
camino del espejo:
alguien en mí dormido
me come y me bebe

 

En el poema titulado “AMANTES” dice:
“Una flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre/
a la delicada urgencia del rocío”.

Alejandra escribe: “Las palabras son más terribles de lo que me sospechaba. Mi necesidad de ternura es una larga caravana. Sé que escribo bien y esto es todo. Pero no me sirve para que me quieran». El fin se acerca.

La noche del 25 de septiembre de 1972, en un viejo edificio de Buenos Aires, séptimo piso, departamento “C”, la habitación se llena de silencio; Alejandra deja una nota escrita en el pizarrón: “No quiero ir nada más que hasta el fondo”.

Y allí muere a los 36 años por efecto de las 50 pastillas de un barbitúrico (Seconal) que ingiere durante un fin de semana en el que había salido con permiso del hospital psiquiátrico Pirovano de Buenos Aires, donde se hallaba internada a consecuencia de su cuadro depresivo y tras dos intentos de suicidio.

Para saber más:

PIZARNIK, Alejandra (2001) Poesía completa. Madrid, Lumen.

PIZARNIK, Alejandra (2002) Prosa completa. Madrid, Lumen.

PIZARNIK, Alejandra (2005), Diarios, Barcelona, Ed. Lumen

VENTI, Patricia (2007) Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid

Blog: http://patriciaventiliterario.blogspot.com/

En youtube hay varios poemas suyos recitados y varios documentales inspirados en sus versos.

 

 

 


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Desconocidas y Fascinantes: Helene von Druskowitz con Paz Montalbán.

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Helene von Druskowitz, la filósofa maldita con Paz Montalbán.

Helene von Druskowitz (su nombre real era Helena Maria Druschkovich) fue una filósofa, escritora y crítica musical nacida el 2 de mayo de 1856 en el distrito de Hietzing (Viena). Prometía ser una niña prodigio, puesto que a los 16 años ya se graduó como pianista en el Conservatorio de la capital austriaca, pero esa promesa se truncó por la acérrima radicalidad en sus teorías filosóficas.

Llegó a ser una pensadora notable y se convirtió en la segunda mujer que obtuvo un Doctorado de Filosofía en la Universidad de Zúrich, gracias a su disertación sobre el “Don Juan” del poeta romántico inglés Lord Byron. Tuvo desde siempre unas ideas profundamente transgresoras, caracterizadas por la misantropía, exclusivamente, hacia los hombres y la megalomanía. Se caracterizó por ser una librepensadora, una mujer comprometida y rebelde. También fue ensayista y crítica literaria. Sus posiciones ideológicas se enmarcan dentro del feminismo radical, el socialismo y el ateísmo acérrimo.

Estudió filosofía, arqueología, literatura germánica, orientalismo y lenguas modernas. Tenía una vasta cultura, como gran estudiosa que era. Se dedicó durante algún tiempo a dar clases de Historia de la Literatura en distintas universidades europeas, entre ellas Viena, Zúrich, Múnich o Basilea. También viajó al norte de África, a Francia, a Italia y a España, antes de regresar a Viena.

Fue contemporánea y amiga de Friedrich Nietzsche, durante cierto tiempo, y frecuentó el círculo del filósofo alemán. El legado intelectual de Helene von Druskowitz ha llegado hasta nosotras gracias a los epistolarios, ya que aparecía mencionada en ellos. Sin embargo, la relación con el célebre pensador, famoso por su categórica afirmación de que “Dios no existe”, acabó de forma repentina cuando Druskowitz se atrevió a criticar sus teorías filosóficas por considerarlas como una nueva forma de darwinismo. Nietzsche reaccionó de malas maneras y llegó a calificarla de “pavita literaria”

Al contrario que en los salones parisinos, extremadamente permisivos con las míticas intelectuales de la Rive Gauche, Helene abogaba por una sociedad de mujeres – gobernada por ellas – lo cual chocaba, de forma frontal, con los círculos aristocráticos vieneses, donde reinaba una doble moral que las invisibilizaba.

Druskowitz creía que la especie masculina no merece ni el apelativo de “ser humano” ya que según ella, “el macho” usurpa tal calificativo. Creía que el hombre somete a las mujeres y ha convertido el mundo material en un hábitat feo, torpe e invivible. Por esta razón invocaba el fin de la horrenda promiscuidad entre hombres y mujeres. Les pedía a estas que se federaran e instituyeran la “caballería”, el “sacerdocio” femenino y que impusieran la división de las ciudades por sexos. Además rechazaba con mucha ira el matrimonio.

Esta segregación sexual ya existía, según la filósofa, en las civilizaciones antiguas y orientales. Recuperarla permitiría devolver a la materia y a la naturaleza su perfección perdida.

Fue amiga de escritoras como la austriaca Marie von Ebner-Eschenbach o la alemana Malwida von Meysenbug, esta última la introdujo en los círculos intelectuales donde se congregaban personalidades como el poeta Rainer Maria Rilke o la escritora rusa Lou Andreas-Salomé.

En 1887 inició una relación amorosa con la soprano alemana Therese Malten (nombre artístico de Therese Müller), una estrella lírica de la Ópera de Dresden, y una figura preeminente como intérprete de las heroínas del compositor romántico Richard Wagner. Helene y Therese vivieron juntas varios años en la ciudad de Dresden hasta 1891, año en el que Therese dejó a Helene, al parecer, por el abuso que hacía Druskowitz de las drogas y del alcohol. A partir de ese momento, la pensadora vienesa cayó en frecuentes crisis nerviosas debido a sus adicciones. El 15 de abril de 1891 fue internada en un hospital psiquiátrico, su hermano y su madre ya habían fallecido entonces.

Gracias a los partes médicos que se conservan, sabemos que le diagnosticaron megalomanía y alcoholismo y la medicaron con hipnóticos. A pesar de ello, mantuvo una constante actividad literaria, fumaba, de forma compulsiva, tabaco con pipa inglesa y bebía té. Escribió ilegibles tratados filosóficos, ensayos, comedias andrófobas, dramas, mandaba sátiras contra los hombres a las revistas femeninas… También compuso poesías que elogiaban las virtudes del alcohol. Sin embargo, era una paciente – según decían los médicos – inofensiva y cortés, que se agitaba por algunas visiones y delirios.

Su orientación sexual, su complicada personalidad, sus costumbres de mujer radicalmente emancipada del patriarcado, propiciaron su internamiento en un centro psiquiátrico. A finales del s. XIX el psicoanálisis estaba en sus albores y la homosexualidad era considerarla una enfermedad.

Pasó los últimos 27 años de su vida internada en Mauer-Öhling, cerca de Viena, donde murió el 31 de mayo de 1918, a las puertas del fin de la Primera Guerra Mundial.

La sociedad de su época no pudo resistir la fuerza, la rebeldía y el grito desesperado de una mujer con unas ideas demasiado avanzadas para su tiempo. Tuvo un final trágico, pero su legado siempre permanecerá en la historia de las mujeres que luchan para erradicar la invisibilización por ser mujer, lesbiana y/o feminista y reafirmarse en posiciones incómodas para el patriarcado.

Para saber más:

Obra editada en italiano “Una filosofa dal manicomio”, Editori riuniti, Roma 1993.

“Las Filósofas: las mujeres protagonistas en la historia del pensamiento”, Giulio De Martino, Marina Bruzzese, de. Cátedra, col. Feminismos, Madrid (2000).

Ensayos filosóficos y estudios sobre la filósofa editados en italiano, inglés y alemán.


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Desconocidas y Fascinantes: Gladys Bentley con Thais Morales.

 

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Gladys Bentley, el blues de la renuncia con Thais Morales.

El caso de Gladys Bentley es un ejemplo de cómo la represión y el miedo pueden acabar, no sólo con una carrera fulgurante, sino y más importante, con una persona. Aniquilarla y dejarla reducida a una especie de sucedáneo de lo que debería haber sido. Disminuirla hasta convertirla en, eso, un blues triste y famélico, acerca de las vueltas que da la vida.

Esta enorme, en todos los sentidos, cantante de blues nació el 12 de agosto de 1907 en Philadelphia, donde vivió una infancia no demasiado feliz. Gladys se sentía rara entre sus compañeros que se burlaban de ella por su exceso de peso y por su aspecto de marimacho. Y es que a Gladys, en aquel entonces, ya la volvían loca las mujeres, tal y como explicó en una entrevista que concedió al final de sus días. Para ella, esa preferencia no suponía ningún problema, pero sus padres no eran de su mismo parecer y decidieron buscar ayuda médica para su hija. Tal vez por eso, Gladys se fue de su casa con sólo 16 años.

Como muchos afroamericanos en aquella época, acabó en el Harlem neoyorquino, punto de encuentro de artistas, intelectuales y músicos. “Tenía la sensación de que había nacido siendo diferente. Al menos eso es lo que siempre pensé… Desde que puedo recordar, incluso cuando empezaba a andar, nunca me gustó que los hombres me tocaran. Pronto, empecé a sentirme más cómoda vestida de hombre que de mujer….”, explicó Gladys en una entrevista en la revista “Ebony”. (más…)


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Desconocidas y Fascinantes: Isadora Ducan con Isabel Franc.

Isadora Duncan: Al ritmo de las olas o Arte y tragedia al son de la danza con Isabel Franc y Kika Fumero.

De Isadora Duncan impresionan tanto su vida, marcada por el éxito y la desgracia, como su cinematográfica muerte. A los cinco años anunció a su madre que sería bailarina y revolucionaria, y así fue. La danza de Isadora Duncan abró un nuevo concepto y una nueva filosofía dentro de este arte. Conoció el éxito gracias al movimiento armonioso y rítmico de todos sus órganos, excepto de uno: el del corazón.

Dora Angela Duncan nació el 27 de mayo de 1878 en San Francisco (California). Adoptó el nombre de Isadora influida por la educación clásica que recibió de su madre. La ausencia de su padre marcó su infancia. Su inclinación por la danza fue muy temprana. De niña solía practicar movimientos en la playa imitando el compás de las olas. A los diez años abandonó la escuela, porque en ella se sentía como en una cárcel, y continuó su aprendizaje en la casa materna. Pasaba la mayor parte del día escuchando a Shuman, Shubert o Mozart e imaginando coreografías con las que interpretar su música. Posteriormente recibió clases de una bibliotecaria que la introdujo en los grandes clásicos de la literatura y la filosofía.

En Chicago estudió danza clásica, pero un incendio arruinó el hogar y la familia tuvo que trasladarse a Nueva York donde trabajó en la compañía del dramaturgo Augustin Daly. A los 21 años viajó a Londres. Su estilo peculiar e innovador tuvo una gran acogida en Europa en un momento en el que las vanguardias artísticas estaban en auge. Su éxito, sin embargo, no estuvo exento de polémica. Algunas críticas rechazaban su provocativa forma de bailar descalza, con túnicas, sin maquillaje e interpretando músicas no estrictamente compuestas para la danza.

Fundó varias escuelas. La primera en Alemania, donde enseñaba a niñas pobres y las ayudaba económicamente, por lo que a sus alumnas se las conocía como las “Isadorables”; más tarde en Francia y en Rusia, allí tuvo como alumnas a Martha Graham y Mary Wigham. En 1902 compró una colina en Atenas para hacer realidad su proyecto de crear un templo de la danza, pero fracasó por motivos económicos.

Atea, bisexual, socialista y partidaria del amor libre, “La ninfa” –así se la conocía- tuvo gran número de amantes hombres y mujeres, entre ellas la guionista Mercedes de Acosta, la actriz italiana Eleonora Duse y la feminista Lina Poletti. Su primer amor duradero fue con un hombre, el estenógrafo inglés Edward Gordon con el que tuvo a su hija Deirdre. Con Paris Singer (heredero del imperio de las máquinas de coser Singer) tuvo a su segundo hijo, Patrick. En 1912 se casó con el poeta ruso Serguei Esenin, diecisiete años menor que ella y también bisexual. Ambos viajaron a estados Unidos donde fueron acusados de Bolcheviques y proseguidos duramente, por lo que decidieron regresar a Europa.

En 1913 la desgracia llegó de nuevo con más dureza que nunca. Su hijo y su hija murieron ahogados en el río Sena tras un accidente de coche. Isadora siempre dijo que había tenido una premonición y había hecho caso omiso de ella: al despedirse de sus hijos desde fuera del coche apoyó sus labios contra el cristal de la ventanilla a la misma altura en que tenían apoyada la boca, el frío del cristal impregnó sus labios y le hizo estremecerse. Ocho meses después de la tragedia tuvo otro hijo que murió en sus brazos a los 20 minutos de nacer. Se decía que en torno a ella existía un maleficio, que acercarse a Isadora era tentar a la propia muerte.

Isadora y Seguei se separaron, él regresó a Rusia, donde se suicidó en 1925. El dolor acumulado la alejó de los escenarios durante largo tiempo. Se instaló en Niza y allí continuó su carrera artística y su actividad como defensora de los derechos de la mujer, al tiempo que escribía su autobiografía y finalizaba su libro El arte de la danza, compendio de sus enseñanzas.

El 14 de septiembre de 1927 un absurdo accidente le arrebató la vida en unas circunstancias que contribuirían a consagrar su mito. Salió en su Bugatti, al parecer, al encuentro de una cita romántica. Sentada en el asiento del copiloto, su enorme fular ondeando al viento en el descapotable, se enredó en las yantas del automóvil y la estranguló. Más tarde, su amiga María Desti recordaría las últimas palabras de la bailarina antes de subirse al coche: “¡Adiós, amigos míos, me voy a la gloria!”.

Su vida bohemia y sus relaciones tormentosas y fugaces no fueron secreto para nadie. En su autobiografía, publicada al año siguiente de su muerte, escribió: “Nací a la orilla del mar. Mi primera idea del movimiento y de la danza me ha venido del ritmo de las olas”

Para saber más:

- Mi vida, autobiografía de Isadora Duncan (varias ediciones Salvat, Debate y Losada)

- Película: Isadora (Karel Resz 1968) interpretado por Vanessa Redgrave. Música de Maurice Jarre

Imagen de previsualización de YouTube

se ve el Bugatti y hay imágenes del cementerio Pere Lachese en París donde está enterrada.


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Desconocidas y Fascinantes: Mari Trini con Carme Pollina.

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Mari Trini en París Con Gloria Fuertes y con Claudette (de pie) Su última foto en público

Mari Trini: Icono lésbico, muy a su pesar, con Carme Pollina y la colaboración de Ángeles Per

Mari Trini (1947-2009) ha pasado a la historia como el primer icono lésbico de España, a pesar de que jamás hizo público ningún dato sobre su vida personal. “Mi vida particular es mía”, declaraba en una entrevista a RNE en el año 2005, en plena promoción del doble CD+DVD recopilatorio “Una estrella en mi jardín”, el último de los 25 discos de su carrera. Todo parece misterioso en torno a esta mujer que disfrutaba desmontando motores de coche y que pasó buena parte de su infancia en cama a causa de una infección renal. Mientras estuvo enferma empezó a tocar la guitarra y a componer.

De Murcia a Londres y París, pasando por Madrid

María Trinidad Pérez-Miravete Mille nació el 12 de julio de 1947 en Murcia capital, pero su familia vivía en Caravaca de la Cruz. Tenía dos hermanos y una hermana; ella era la mayor. Pronto se trasladó a Madrid con su madre, posiblemente cuando sus progenitores se separaron. La relación con su madre siempre fue muy mala y quizá por eso se fue de casa pronto. Pasó por Londres y por París, donde grabó sus primeras canciones en francés, que no tuvieron éxito.

Al cabo de unos años volvió a España por motivos familiares y se encontró con una sociedad demasiado estrecha en la que no pudo o no supo encajar. Vivió casi siempre en Madrid, aunque se instaló en Sant Pol de Mar durante algún tiempo. Visitaba Barcelona a menudo y más de una vez se dejó caer por el mítico Daniel’s, el primer local de encuentro para mujeres lesbianas de la ciudad.

Mari Trini murió de cáncer el 6 de abril de 2009, a los 61 años, después de haber vendido más de 10 millones de discos. Pasó el último año de su vida en una urbanización de las afueras de Murcia componiendo, escribiendo y preparando un concierto de despedida que no pudo dar. Otros proyectos se le quedaron también en el tintero, como dirigir el futuro “Teatro Auditorio de Mari Trini” que se proyectaba en su Murcia natal o publicar un libro de poemas de denuncia que habría titulado “Poemas atípicos”.

A favor de la mujer

Todo lo que hacía Mari Trini tenía una causa, generalmente en pro de la defensa de la mujer o para enfrentarse a los rumores sobre su persona. Nunca respondió al estereotipo de feminidad de los últimos años del franquismo. Uno de sus temas, “Ayúdala”, fue censurado en Argentina por considerar que retrataba una relación amorosa a tres bandas. Ella siempre lo negó. Su discográfica le sugirió en más de una ocasión que cambiara algunas palabras o líneas de sus canciones. Su activismo feminista le valió el premio “Lucha por la Igualdad”, que le fue concedido en el año 2008 por la Comunidad Autónoma de Murcia.

Fue la primera mujer que apareció en Televisión Española llevando pantalones tejanos, y eso provocó que la llamaran marimacho y que le gritaran “¡lesbiana!” y “¡borracha!” en algunas de sus actuaciones. Solía vestir de blanco o de negro, impecable y recatada, sin exhibir su físico. Quería que el público la valorara por lo que cantaba y cómo lo cantaba, no por lo que enseñaba. Se llegó a decir que era coja, que tenía una pata de palo, y todo porque usaba pantalones y vestidos largos. Quizá por eso fue portada de la revista Interviú en 1984, para acallar a quienes le achacaban un defecto físico, pero el desnudo pudo deberse también a un momento de dificultad económica de la artista, que sufrió varios presuntos engaños y estafas a lo largo de su carrera.

Claudette

Claudette Loetitia Lanza fue oficialmente la secretaria personal de Mari Trini durante más de 40 años; de puertas adentro fue su compañera sentimental durante toda una vida. Claudette era francesa, tenía 13 años más que la cantante y se conocieron en Madrid. Poco se sabe de ella, solo que dejó a su marido y a su hijo por Mari Trini, que trabajó como su asesora de imagen hacia el final de su carrera y que fue ella quien se negó a que la artista hiciera pública su relación.

Homenaje pendiente

Desde su muerte, se habla de una supuesta “mano negra” que ha impedido el reconocimiento que Mari Trini merecía. Uno de sus hermanos, Gonzalo Pérez-Miravete, lamentaba el olvido que sufre la cantante en una carta publicada en La Opinión de Murcia (2010).

Sin embargo, sus innumerables fans siguen manteniendo vivo su recuerdo en numerosos foros, blogs y webs específicas. Pero no solo las personas anónimas la homenajean, incluso Gloria Fuertes le dedicó un poema en vida que permanece inédito: Mi homenaje a Mari Trini “cuando canta” (1972).

Mari, como la llamaban en su círculo más íntimo, no se cansó de buscar la aceptación y el cariño de las personas que la rodeaban. Quizá por eso, cuando le preguntaban qué ciudad prefería para vivir, ella respondía siempre lo mismo: “donde me quieran”.

Para saber más

Web oficial de Mari Trini

http://www.maritrini.com.es/maritrini/menu/index.php

Entrevista con Pedro Ruiz en La2 (2001)

 



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