rss search

next page next page close

Desconocidas y Fascinantes: Sarah Bernhardt con Paz Montalbán.

SB_clown_NadarMCA176920Sarah_BernhardtSarah Bernhardt por Louise Abbema

Sarah Bernhardt, la divina leyenda con Paz Montalbán.

Fue la mujer más célebre de su época, la primera superestrella internacional en pleno s.. Acabó siendo popular no solo en su país natal, Francia, sino también en los cinco continentes. Y hasta la realeza europea le rendía homenaje embelesada por su halo hechizador.

El escritor norteamericano Mark Twain dijo de ella: “Hay cinco clases de actrices: actrices malas, actrices regulares, actrices buenas, grandes actrices y… Sarah Bernhardt”. Fue fuente de inspiración para el escritor francés Marcel Proust. En cambio, el escritor irlandés Bernard Shaw afirmó: “Sarah Bernhardt hace aflorar todas nuestras debilidades y jugar con ellas adulándonos, atormentándonos, emocionándonos… en resumen: engañándonos”. Por eso la llamaron también “La Escandalosa”. Tuvo detractores acérrimos, como el entonces joven estudiante de medicina ruso Antón Chéjov.

Sarah Bernhardt era una mujer que encandilaba por igual al público femenino y masculino y lo conducía, con su arte dramático, a los misterios de la sensualidad y de la ilusión poética. El psiquiatra austríaco Sigmund Freud, ferviente admirador suyo aunque no la trató como paciente, remarcó de ella: “Sarah Bernhardt es un ser singular. Me imagino que en la vida no debe de ser distinta que en el escenario.

Cautivó a muchos hombres y en especial a una mujer, que sucumbieron a sus encantos ancestrales y a su menosprecio a las convenciones sociales. Su arte y su vida tenían un profundo poder sugestivo y fascinante, semejante al de mujeres tan deliciosas como las divas Greta Garbo o María Callas. No obstante, su actriz de culto fue Rachel (1821-1858), que junto a ella misma, ha sido considerada una de las dos grandes trágicas del París decimonónico.

La enigmática Sarah, nació el 22 o 23 de octubre de 1844 en París, se desconoce con exactitud la fecha, ya que la partida de nacimiento desapareció durante la Comuna de cuando el fuego destruyó el ayuntamiento. Era hija de Judith-Julie Bernard una joven judía holandesa que llegó a la capital francesa huyendo de su ciudad natal: Amsterdam. Su padre se desconoce, ya que la actriz nunca quiso revelar su identidad, bien por delicadeza, bien por vergüenza o resentimiento, bien porque lo desconocía. Siempre se especuló sobre su origen, que fue alimentado por las fantasías de los periodistas.

La relación con su madre fue muy difícil, tal y como se desprende del rencor que ensombrece sus memorias. Youle Bernard — nombre con el que quería que la llamaran — era egoísta y neurasténica, debido a la incertidumbre que le provocaba su profesión: era cortesana y su obsesión siempre fue conseguir una buena posición social. La pequeña Sarah pasó su infancia con una niñera campesina en la región de la Bretaña, que apenas le daba cariño. Así pues, sus recuerdos de niñez estuvieron llenos de dramatismo. Recuerdos que, sin duda, forjaron su magnetismo.

Su genialidad se basaba en su compleja personalidad, su acentuada promiscuidad, sus torrenciales pasiones, sus profundos sufrimientos, su belleza inigualable, su encanto personal y su ambición ilimitada. Ingredientes muy selectos, que formaban una combinación explosiva, tal y como podemos comprobar en los espléndidos retratos de la época del fotógrafo francés Nadar.

La vida amorosa de la polifacética actriz fue muy variada, tuvo innumerables y insignes amantes: un príncipe belga, fruto del cual nació su único hijo Maurice Bernhardt; un joven oficial de caballería griego, Aristidis Damala, con el que se casó en Londres en 1882, y al que intentó convertir en actor. El matrimonio sufrió muchos altibajos y finalmente fracasó a causa de la adicción de Aristidis a la morfina.

Fue amiga y amante de grandes personalidades de la época como el artista francés Gustave Doré, el artista checo Alphonse Mucha, el escritor francés Victor Hugo, el escritor inglés Oscar Wilde o la pintora francesa Louise Abbéma retratista oficial de Sarah y la mujer con la que compartiría la mayor parte de su vida.

Louise y Sarah se conocieron gracias al prestigio que sembró la pintora en las numerosas exposiciones que realizó en los salones artísticos parisinos, según parece se encontraron, por primera vez, en el año 1875 porque la actriz quería hacerse un retrato. Desde entonces no se separaron hasta 1923 . Según el poeta simbolista y dandy francés Robert Montesquiou a la pintora los hombres le resultaban indiferentes y así lo reflejó con sarcasmo en su poema “Abîme”. Parece ser que Louise hacía gala de su lesbianismo; con su modo de vestir y su pelo a lo garçon, tenía una imagen de triunfante masculinidad. Se conservan numerosos retratos de la actriz realizados por ella, así como un medallón de bronce con el busto de Sarah. Fue su fiel acompañante en las distintas tournées que hizo alrededor del mundo y estuvo a su lado hasta el día de su muerte.

“La voz de oro” — otro de los apodos que cosechó — murió en su ciudad natal el 26 de marzo de 1923, en los brazos de su hijo Maurice. El cortejo fúnebre fue multitudinario, se dice que despidieron a la divina Sarah entre seiscientas mil y un millón de personas. Existen fotos del acontecimiento con impresionantes imágenes de la capital francesa.

Sus restos mortales yacen en el célebre cementerio parisino de Père Lachaise. Un lugar con encanto, como nuestra protagonista, y que alberga también las tumbas de otras Desconocidas y Fascinantes como Isadora Duncan, Gertrude Stein o Alice B. Toklas, por ejemplo, o la mismísima Rachel.

Sarah Bernhardt se ganó a pulso el apelativo de “la Divina”, por ese magnetismo y por esa energía que la han convertido en una leyenda de la historia de la interpretación en todo el mundo. Su amigo Alphonse Mucha plasmó en espléndidos carteles modernistas los espectáculos teatrales en los que participó. La diva fue siempre fuente de inspiración, un monstruo sagrado para el teatro francés y un elixir para la humanidad entera.

Para saber más:

- “Mi doble vida”, Memorias de Sarah Bernhardt, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1979. Existe una edición en francés.

- “La divina Sarah”, Arthur Gold y Robert Fizdale, ed. Paidós 1993.

Vídeos:

Imagen de previsualización de YouTube

 


next page next page close

Desconocidas y Fascinantes: Alla Nazimova, con Isabel Franc.

Sin nombrealla

Alla Nazimova-De patito feo a cisne de la escena, con Isabel Franc.

De pequeña la apodaban “el oso” y “el barril” por su físico poco agraciado; era regordeta y de aspecto viril. Con el tiempo, Alla Nazimova transformó su rostro y su figura hasta conseguir que su largo cuello, sus ojos violetas y su voz de arpa irradiaran una fascinación irresistible.

Mariam Edez Adelaida Leventon nació en Yalta en 1879 en una caótica familia judía. A su madre le gustaba llamarla “Alla”, de ahí tomó su nombre artístico al que añadió Nazimova por un personaje literario (la heroína de la novela rusa Niños de las calles). Su infancia transcurrió en un ambiente de violencia. Cuando sus padres se divorciaron fue entregada a una familia Suiza y allí empezó a mostrar sus inquietudes artísticas. Tomó lecciones de violín, aprendió francés y alemán, pero tuvo que soportar las violaciones continuas de uno de sus hermanos. Posteriormente, su padre volvió a casarse y la llevó a Rusia donde recibió también el maltrato de su madrastra, que no soportaba su aspecto masculino.

A los 16 años estudió en el Teatro de Arte de Moscú bajo la dirección de Stanislavsky. Alla se había convertido ya en una joven estilizada y atractiva. Para pagarse los estudios se prostituía en las calles. Una noche vio a unas mujeres que lanzaban octavillas reclamando el sufragio universal. Ese fue su primer contacto con el movimiento feminista; asistió a algunos mítines y conoció a las que luego serían referentes del feminismo y el socialismo.

Decepcionada con Stanislavsky, que se había vuelto conservador, abandonó el Teatro del Arte. Por aquella época se casó con un estudiante llamado Sergei Golovin, para ocultar su apellido judío. Un año después, se incorporó a una compañía con la que hizo una gira por Europa y allí empezó a forjarse su fama como actriz.

En 1905 un grupo de actrices británicas organizó una obra benéfica para costear el traslado de la compañía de Alla a Nueva York. Sus interpretaciones de obras de Chéjov y de Ibsen fueron muy alabadas por la crítica estadounidense. Y el número de amistades feministas influyentes iba aumentando, sopranos, periodistas dos primas de Theodore Roosvelt, actrices, empresarias, etc. La traductora y manager de la compañía era Emma Goldman, una anarquista ruso-judía entusiasmada con Alla que, gracias a sus contactos con la prensa neoyorquina, consiguió convertirla en una auténtica estrella. Ambas iniciaron una relación amorosa, que años más tarde rompió Emma debido a las numerosas infidelidades de Alla con otras mujeres, entre ellas la famosa guionista Mercedes De Acosta.

Como actriz, Alla se estaba convirtiendo en un mito se dice que la rodeaba “una aureola fantasmagórica, revestida de noche y humo, se la veía en todas partes y no estaba en ninguna, como una diosa pagana.”

En 1906 firmó contrato con el productor Henry Millar y debutó en Brodway con gran éxito de crítica y público. Su popularidad se mantuvo durante años y siguió brillando en Broadway, pero Nazimova se dio cuenta pronto de la hipocresía estadounidense: se hablaba de libertad pero su sexualidad no era aceptada.

En 1917, firmó un contrato con la Metro en el que tenía derecho a elegir guión, protagonista masculino y director. En más de una ocasión impuso a dos amigas lesbianas como guionista y la bailarina y a una de sus amantes, en la dirección o en los decorados.

Su éxito le proporcionó notables ingresos con los que se compró una mansión de estilo español a la que llamaba “El jardín de Alla”; 14.000 metros cuadrados en un camino de tierra que, con el tiempo, se convertiría en el famoso Sunset Boulevard. Allí se reunía la elite de Hollywood y se celebraban fiestas donde el alcohol (ilegal a partir de 1919 por la “Ley Seca”), las drogas y las orgías lésbicas entre actrices estaban aseguradas.

Alla produjo y dirigió la película Afrodita, basada en la novela de Pierre Louys en la que se trataba abiertamente el sexo y las relaciones entre mujeres. Pero la censura prohibió el film y mandó destruir todas las copias haciendo que esta obra se perdiera para siempre.

Sus ideas revolucionarias y sus relaciones hicieron que su nombre se asociara al comunismo y al lesbianismo en un país donde la represión se acentuaba hasta el punto de encarcelar a actrices lesbianas en plena actuación. Para dar apariencia de normalidad a su vida organizó un “matrimonio blanco”, pero aún así, ningún estudio quiso financiar un film con ella, por lo que en 1923, escribió, produjo, dirigió y protagonizó una Salomé demasiado vanguardista y solo apta para una minoría culta. En la obra, las interpretaciones eran coreografiadas como una pantomima ralentizada (una formula que repetiría Lindsay Kemp 50 años más tarde en Flowers). No fue aceptada por el público estadounidense y la carrera cinematográfica de Nazimova se vino abajo. Tuvo que vender su mansión y viajó a París donde trabó amistad con Dolly Wilde. Su deseo habría sido quedarse en Europa pero solo podía aceptar papeles de extranjera.

Vivió sus últimos años junto a su compañera Doodie, interpretando pequeños papeles de anciana. Murió en California en 1945. Está enterrada en el cementerio Forest Lawn Cypress. En la lápida solo pone Nazimova y en su tumba nunca faltan violetas.

Para saber más: No nos consta que existan biografías en castellano. Información en:

Artículo en Internet:

Alla Nazimova: El áspid lésbico de Stanislavsky

http://www.pseudoghetto.com/allanazimovaaspidlesbico.htm

Nazimova la actriz más grande del mundo

http://mujeres-riot.webcindario.com/Alla_Nazimova.htm

En inglés tenéis: Alla Nazimova, My Aunt, Tragedienne: A Personal Memoir, de Lucy Olga Lewton. Minuteman Press, 1988; y Nazimova: A Biography de Gavin Lambert, Knopf, 1997.

Si queréis revisar la película Salomé, se puede comprar por Internet

Imagen de previsualización de YouTube
next page next page close

Desconocidas y Fascinantes: Liane de Pougy con Isabel Franc.

images (3)images (2)

Liane de Pougy con Isabel Franc.

Una mañana que Natalie Barney paseaba por el Boi de Bologne quedó fascinada por una mujer de belleza angelical que paseaba en su carruaje. No desistió hasta conseguir que se convirtiera en su amante. Era Liane de Pougy. Cortesana primero, princesa después y monja al final de su vida, recibió los calificativos de la Divina, la Reina del Amor, la Perla o la Sultana del Sexo

Anne-Marie Chassaigne nació en 1869 en el seno de una familia pobre. De raíces bretonas por parte de padre y españolas por parte de madre, fue educada en un estricto pensionado religioso. A los dieciséis años se casó con un militar amigo de la familia. La noche de bodas él la poseyó con tal violencia que siempre habló de esa experiencia con horror. Tuvo un hijo a los dieciocho años con el que jugaba como si fuera su muñeco, pero por el que no sintió nunca una inclinación maternal. Los frecuentes malos tratos de su marido la llevaron a la infidelidad. Al descubrirlo, éste la hirió de un disparo en la espalda. Anne-Marie huyó a París donde dio clases de piano y de inglés y es probable que ejerciera la prostitución. Tiempo después adoptó el nombre se Liane de Pougy, inició su carrera como cortesana y llegó a convertirse en una de las Tres Grandes junto con La Bella Otero y Emilienne d’Alençon, su rival en el music-hall parisino y su amante intermitente.

De un extremo a otro de Europa se alabaron la belleza y la inteligencia de Liane. Tocaba con gracia el piano y la guitarra, hablaba inglés y español y era una experta amazona. Su porte y su elegancia la llevaron a ser confundida con la reina de Suecia en una ocasión en la que acudió a la ópera cuando su rostro no era todavía conocido. Al ocupar su palco, el público se puso en pie y la aplaudió. Ella sonrió divertida sin saber qué estaba ocurriendo. Se cuenta que en Niza, la coronaron Perle du carnaval, la metieron en una ostra gigante, a modo de perla humana, y unos marineros la pasearon a hombros por entre una muchedumbre delirante.

Aunque, no destacaba ni como actriz ni como bailarina y cantante, actuó en el Folies Bergère, el Olympia y el Théâtre Française de San Petersburgo entre otros prestigiosos locales. Seguramente, parte de su éxito se debió a que siguió siempre el consejo que le dio la actriz Sarah Bernhardt: “Muestra tu belleza, pero en el escenario mantén la boca cerrada”

A finales de siglo, no tenía rival como cortesana. Podía escoger a quien deseara y los pocos afortunados a quienes concedía sus favores lo pagaban con desmesura. Un pretendiente le envió un ramo de rosas en un singular envoltorio: un jarrón de plata en un carruaje tirado por cuatro caballos enjaezados en plata pura. Entre sus múltiples amantes masculinos se encontraban monarcas, príncipes, industriales, banqueros y hombres de Estado. Con sus voluminosas ganancias, se construyó una suntuosa mansión en el centro de París y compró elegantes casas de recreo en Bretaña y en Niza.

Además de su actividad artística, escribió una obra teatral y siete novelas (algunas de ellas grandes éxitos de venta), en las cuales mostraba abiertamente sus inclinaciones bisexuales, cultivando así su leyenda. Idylle Saphique (1901) narra su romance con Nataley C. Barney. Reimpresa casi setenta veces el primer año de su existencia, esta obra fue la comidilla de París durante meses.

En 1910 contrajo matrimonio con el príncipe rumano Georges Ghika, convirtiéndose así en una auténtica princesa. El matrimonio sufrió una grave crisis cuando el marido de Liane le fue infiel con la última conquista femenina de ella. Posteriormente, se reconciliaron y se trasladaron a Suiza huyendo de la Segunda Guerra Mundial.

En la última etapa de su vida, Liane de Pougy sintió un profundo acercamiento con la obra religiosa del asilo francés de Santa Inés. Decidió tomar los hábitos de la Orden Terciaria de las Dominicas y vivó el resto de sus días consagrada a la oración y a la reflexión. Murió en Suiza el 26 de diciembre de 1950 bajo el nombre religioso de Ana María de la Penitencia.

Para saber más: En Souvenirs indiscrets (1992) Natalie Barney narra su encuentro con Liane. Hay también una biografía: Liane de Pougy, courtisane, princesse et Sainte de Jean Chalán (1994). Ambos en Flammarion. Y en la biografía de N. Barney de Suzanne Rodríguez (Circe 2004) hay un capítulo entero dedicado a ella.

 

 

 

 

 

 


Desconocidas y Fascinantes: Sarah Bernhardt con Paz Montalbán.

Desconocidas y Fascinantes-Sarah Bernhardt [ 10:54 ] Play Now | Play in Popup |...
article post

Desconocidas y Fascinantes: Alla Nazimova, con Isabel Franc.

Desconocidas y Fascinantes-Alla Nazimova [ 11:14 ] Play Now | Play in Popup | Download...
article post

Desconocidas y Fascinantes: Liane de Pougy con Isabel Franc.

Desconocidas y Fascinantes: Liane de Pougy [ 12:15 ] Play Now | Play in Popup |...
article post