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KTsaLES - Salir del armario, ¿un viejo tópico?

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Salir del armario, ¿un viejo tópico? (www.gaixample.com)

Esta semana reproducimos íntegramente un artículo colgado en la web GAIXAMPLE.COM y que viene como anillo al dedo para nuestra sección KTsaLES, ya que se titula…

Salir del armario, ¿un viejo tópico?

Yo, la que no existe.

Salir del armario es un paso difícil de tomar, traumático para unos y liberador para otros. Algunos son aceptados y apoyados, otros rechazados y aislados, algunos sufren durante el proceso, otros sufren en el periodo de decisión… Pero todos tienen en común que “han salido del armario”. Parece una perogrullada, pero tiene su miga la cosa; el ser humano es definido en sociedad por sus congéneres y no por sí mismo como se afirma, un ejemplo: en una casa donde no se ha estudiado y no hay grandes cerebros, un notable es merecedor de un premio; en una familia donde los licenciados son mayoría: un notable será una nota mediocre. El niño del primer caso crecerá seguro de sí mismo y su inteligencia, el del segundo caso se sentirá mediocre y tonto. Así que, dejándonos de teorías de auto realización, etc., etc., reconozcamos que somos quienes somos porque la sociedad nos define como tal. Salir del armario da, pasados los primeros momentos de ajuste y confrontación, identidad a la persona; es lesbiana, se ha declarado como tal y la sociedad le da un papel y, como consecuencia, un sitio en ella. A pesar de los rechazos, la persona acepta ese sitio y pasa a formar parte de un grupo que le reconoce y le acepta. Siempre he presenciado el mismo proceso en mis conocidos que han salido del armario: se liberan, conocen gente que les acepta y consiguen ese sentimiento de pertenencia del que carecían anteriormente.

Yo les envidio y me sorprende lo diferente de su proceso y el mío. Primero de todo porque yo “no salí” del armario cuando declaré mi bisexuality… Nunca había estado dentro de uno. En segundo lugar no solo no encontré un grupo con el que identificarme y sentirme parte sino todo lo contrario: me sentí aún más aislada y sola. Los problemas no los dejé atrás sino que comenzaron en ese momento: la discriminación, la intolerancia, la lucha emocional no las superé con mi aceptación de mi sexualidad, porque hasta ese momento no las había experimentado. Me enfrenté a la dura realidad que es no sentirte identificada con ningún colectivo, no sentirte parte de nada. Los artículos de psicología para la ayuda en estos procesos de aceptación se dirigían a homosexuales, no a bisexuales, las asociaciones basan sus cursos y asesoramiento en la problemática de ser homosexual pero no en el particular proceso que experimenta un bisexual. No hay foros serios por y para bisexuales y en los libros que he encontrado se nos trata como parte insignificante del colectivo gay o lésbico.

En el mundo heterosexual se nos considera viciosos o retorcidos que hemos optado por la opción difícil y en el mundo homosexual se nos considera homosexuales que no se atreven a dar el paso final o simplemente quieren dejar una puerta abierta y no identificarse a sí mismos públicamente con la minoría homosexual. Otra versión es que estamos experimentando y en el proceso jugamos con los sentimientos de otras personas pero, en poco tiempo, regresaremos a nuestro mundo privilegiado heterosexual. Es decir, la sociedad no me reconoce con identidad propia, no soy lo que soy, para la sociedad no existo. No soy parte de ningún colectivo porque mi bisexualidad no es una tendencia sexual sino un proceso hacia otra, o un periodo de experimentación o el resultado de algún trauma. Yo, como bisexual, soy una mentira, soy ignorado y, por lo tanto, inexistente. Yo, como yo soy, no soy una posibilidad en este mundo. Me defino como bisexual y mi “no salida del armario” significó mi entrada en un vacío social en el que cada sector acepta solo una parte de mí y rechaza la otra, significo que mis amigos de toda la vida decidieran ignorar una parte de mi vida y mis nuevos amigos del ambiente la otra. Mis conversaciones son siempre a medias, mis relaciones cuentan a la mitad, mis sentimientos son parcialmente ignorados. Ser una persona para unos y otra para otros crea un ser humano irreal para todos, incompleto, semidesconocido… Un ser dolorido, agotado, un no ser porque no es ninguna de esas dos versiones, no es ninguna de las definiciones que los de su alrededor conocen. No es, porque lo que realmente es, según los demás, no existe.

FUENTE y FOTO: http://gaixample.com/sociedad/salir-del-armario-un-viejo-topico

 

Si queréis contarnos vuestra experiencia saliendo del armario, o la de una persona de vuestra familia, amiga, conocida, desconocida… O bien enviarnos historias de ficción sobre este tema, podéis hacerlo a través del correo electrónico: [email protected].

 



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