Delirium Premens – Sincronización
Sincronización
Más de una vez, y de dos, hemos oído hablar de la menstruación sincronizada, esa capacidad que parecen tener dos mujeres que viven en pareja para que sus relojes biológicos funcionen a la par y sus ciclos menstruales confluyan hacia las mismas fechas. Se ha hablado mucho del tema, e incluso se ha tratado con humor, comparando la menstruación sincronizada con la natación sincronizada:
http://www.elmundotoday.com/2009/07/espana-gana-el-oro-en-menstruacion-sincronizada/
(más…)
Delirium Premens – Hinchazón
De vez en cuando le dejo leer algunos textos a la Satchi, para que se sienta más importante. Como sé que le va la marcha, suelo pasarle los textos más subidos de tono, los más sugerentes, porque pienso que así le puedo alegrar un poco el día. Como no voy a misa, tengo que ganarme el cielo de alguna manera… Así que hoy la Satchi os va a explicar otro de los síntomas premenstruales por excelencia: la hinchazón, esa sensación tan incómoda que todas, unas más y otras menos, sentimos cada mes mientras nuestro cuerpo y nuestra mente se preparan para menstruar…
El día que empieza la hinchazón lo notas enseguida por los pantalones, que te aprietan la cintura y la parte superior de las piernas más de lo debido, y a veces también por el sujetador, que parece incapaz de sostener tus pechos sobredimensionados. Y también lo notas en las cartucheras, verdaderos depósitos de líquidos que quedarán allí retenidos durante días y días, hasta que la menstruación decida abrir las compuertas para dejarlos salir.
Te sientes gorda, te sientes vaca, te sientes acuosa a cada paso que das, y cada día que pasa aumenta esa desagradable sensación sin que puedas hacer nada para impedirlo. Rezas para que te baje la regla de una vez, pero lo único que te baja es la libido al verte tan hinchada como un pez globo…
Luego, al segundo o tercer día, dependiendo de la complexión de cada una, empiezas a perder pie. Ocurre así, de repente, sin previo aviso. Vas por la calle y una chica te para y te dice: “disculpa, pero vas andando sin pisar el suelo. ¿Te importaría decirme cómo lo haces?”. Y entonces tú, al mirar hacia abajo y ver tus pies suspendidos en el aire, te das cuenta de que es verdad, de que la hinchazón, que va en aumento, te hace levitar como un globo de helio que empieza a elevarse. La gente te mira mal, como si fueras un monstruo de circo, y a ti no se te ocurre otra cosa que pedir ayuda a esa chica, que sigue mirándote entre extrañada y lasciva: “por favor, ¿te importaría acompañarme a casa? Es que así, suspendida como voy, no puedo controlar mis pasos, ya lo ves”. Y la chica, que ya se ha puesto un poco cachonda y se lo toma como una invitación a una sesión de sexo desenfrenado, te contesta que sí, que por supuesto, que faltaría más”. Así que, sacas un fino cordel de tu bolsillo (siempre lo llevas encima para cuando se presenta la hinchazón premenstrual), te atas un cabo a una muñeca y le das el otro cabo a la otra “muñeca”, a la chica que se ha ofrecido a llevarte a casa. Y ella te lleva, como una niña a la que acaban de comprar un globo en una feria. Incluso le brillan los ojos de emoción…
Frente al portal de tu casa, le das las llaves de tu piso y le pides que te suelte, diciéndole que prefieres entrar por el balcón. Y ella obedece. Y al soltarte, tú empiezas a elevarte procurando no separarte de la fachada del edificio. Y cuando llegas a la altura de tu balcón te aferras a la barandilla con ambos brazos y saltas hacia dentro con una maniobra de gran precisión. Por suerte, lo has hecho otras veces y tienes práctica, cualquier pequeño error te haría correr el riesgo de elevarte sin parar hacia el cielo azul hasta que la presión atmosférica te hiciera estallar en mil pedacitos. Y en tu esquela pondría: “Siempre fuiste una mujer de altos vuelos. Te recordaremos eternamente”.
Ya en tu casa, vas recorriendo las estancias con la cabeza pegada al techo y el cordel colgando de tu muñeca. La chica te espera en la sala, sentada en el sofá. Quiere sexo, claro. Y tú también, porque estás premenstrual. Te asombras de que, en tu estado de máxima hinchazón, alguien se interese por ti desde el punto de vista sexual. Le adviertes de los riesgos, pero ella insiste, le dan morbo tus redondeces, y mientras ella va tirando del cordel tú vas bajando, bajando y bajando hasta quedar a su altura. Quiere abrazarte toda, pero no puede, sus brazos no dan para más. Os besáis y os acariciáis con pasión, todo va bien hasta que ella te muerde en el cuello, muy cerca de la oreja, y en ese mismo momento tú sales disparada por la ventana por propulsión a chorro y ella se queda plantada en medio de la habitación, con los brazos vacíos y la desilusión propia de una niña que acaba de quedarse sin su globo…
Delirium Premens - Tensión mamaria
Tensión mamaria
Nos lo explicaba el otro día una supuesta experta en síndrome premenstrual, en un vídeo muy ilustrativo que podéis ver en un capítulo anterior de la sección DELIRIUM PREMENS. Esa señora hablaba de la “tensión mamaria” como uno de los síntomas del síndrome premenstrual.
A partir de aquella primera explicación, hoy queremos ahondar un poco más en las características y las peculiaridades de la tensión mamaria. Así que buscamos información en Internet, la verdadera enciclopedia de nuestros días. Leo textualmente un fragmento explicativo de la página web www.netdoctor.es:
“El dolor mamario, también llamado mastalgia, es uno de los motivos de consulta más frecuente al ginecólogo, sobre todo en mujeres jóvenes. Existen dos tipos fundamentales de dolor de mamas:
1. El dolor mamario cíclico: aparece unos días antes de la regla y suele
ser bilateral, es decir, que afecta a las dos mamas.
2. El dolor mamario que no guarda relación con el ciclo menstrual: suele
afectar a una sola mama e incluso a una zona muy delimitada de
ésta.”
De donde deducimos que, aparte de la tensión mamaria propia del síndrome premenstrual, que hace que nuestros pechos crezcan, se endurezcan y duelan de verdad durante unos días, hay otro tipo de dolor mamario que, como se dice en la citada web, nada tiene que ver con el ciclo menstrual. Estoy de acuerdo, pero sólo en parte, porque, a mi entender, este otro tipo de tensión mamaria sí que afecta a ambos pechos y suele darse cuando una lesbiana avista a otra lesbiana que la atrae. En estos casos, la tensión mamaria puede llegar a ser extrema, y entonces hablamos ya de lo que se conoce como “empitonamiento”, otra palabra que no recoge el Diccionario de la Real Academia Española pero que expresa a la perfección esa extraña sensación que procede de la parte más interna de los pechos y se proyecta en los pezones hasta volverlos duros como piedras cada vez que salta la atracción entre dos lesbianas. Eso sí es tensión mamaria, y no la del síndrome premenstrual…
Y si, además, los pechos son de tamaño considerable, la tensión puede ser mayor aún, tal como recoge en nuestra web de referencia, donde se dice:“Unas mamas grandes pueden por su propio peso producir dolor.”
(vídeo de Youtube: “lesbianas con tetas grandes”)
Delirium Premens – 17 febrero - ¡Respeto, por favor!
(intro Polli)
Quizá deberíamos preguntarnos más a menudo por qué la menstruación es objeto de burla, no solo por parte de los hombres sino también a veces por parte de nosotras mismas, las mujeres. De nuevo, la religión católica ha resultado ser de poca ayuda en este sentido, por el hecho de tratar la menstruación como una especie de castigo divino. A lo largo de los siglos, la regla se ha utilizado en multitud de ocasiones para ridiculizar a la mujer y presentarla como un ser débil, cuando debería ser todo lo contrario. En nuestros días la variedad de comentarios de mal gusto en todos los formatos posibles, desde chistes hasta películas, invita a la reflexión…
¿Qué pensáis vosotras? Dejad vuestros comentarios aquí o enviadlos a [email protected].
(texto Satchi)
¡Respeto, por favor!
La total falta de respeto hacia la menstruación se deja sentir a través de comentarios, generalmente de corte machista, sobre los hipotéticos “efectos” que la regla causa en las mujeres. Son comentarios como estos: “Déjala, está histérica, seguro que está premenstrual”; o “¿Qué te pasa hoy? ¿Tienes la regla?”.
También están los chistes, muchos de ellos de gusto dudoso, que ponen el énfasis en algunos detalles que podríamos considerar desagradables. He aquí un ejemplo, un chiste de Mafalda sobre la menstruación, repetido hasta la saciedad en muchos sitios web. Para más INRI, una de estas webs se llama “Círculo de las Mujeres”, y lo más interesante es quizá un comentario anónimo sobre el chiste, que remarca precisamente lo poco oportuna que resulta su publicación en una página destinada, en principio, a las mujeres:
Cuentan que era la primera menstruación de Mafalda y estaba sola en casa.
No sabía qué hacer, entonces se le ocurrió ir a casa de su mejor amigo, Felipe, y le dice:
- Hola Felipe, ¿está tu mamá?
- No, Mafalda, ¿en qué te puedo ayudar?
- No, Felipe, son cosas de mujeres, no te puedo contar.
- No, pero dime… ¡Yo sé mucho de mujeres!
- No, ¡Felipe! … ¿Está la muchacha de servicio?
- No, pero cuéntame a mí ¿Qué te pasa? … ¡Yo sé mucho de mujeres!
- No, Felipe ¿y tu hermana, está?
- No, dale, ¡Dime a mí, que yo sé mucho!
- Bueno Felipe, te cuento…
Mafalda se levantó la falda y estaba toda ensangrentada; Felipe, horrorizado, le dice:
- Mafalda, ¿qué hiciste? ¡¡Te cortaste los huevosssssss!!!????
En fin, no es el primer chiste que trata la menstruación desde el referente masculino, ni tampoco el último, aunque hay que reconocer que el personaje de Felipe tampoco queda en muy buen lugar, que digamos. Corren muchos otros comentarios y ocurrencias de este tipo en la Red, que demuestran el poco respeto que se sigue teniendo en nuestros días hacia la naturaleza de la mujer.
Otros chistes sobre la menstruación:
http://chistesbuenoscortos.blogspot.com/2011/01/chistes-guarros-sobre-la-menstruacion.html
(vídeo Youtube: “Supersalidas: ¿problemas con la regla? Maxi Compresas Súper Absorbentes es tu Solución“)
Delirium Premens – Copa de Luna Menstrual (Cabrona Yeye)
(intro Satchi)
La Copa de Luna Menstrual ha despertado el interés de algunas de nuestras oyentes, y entre ellas, Cabrona Yeye la usa desde hace bastante tiempo y ha querido explicarnos su experiencia. Según ella, la Copa de Luna Menstrual es bastante más práctica que usar tampones o compresas, y asegura que es suficiente vaciar la copa una vez al día, al menos en su caso. Sepamos qué más nos cuenta…
(texto Polli)
Copa de Luna Menstrual: la experiencia de Cabrona Yeye
Nos cuenta nuestra amiga Cabrona (qué mal suena esto…):
Hay un montón de marcas de copas menstruales, aunque las más vendidas en España, que yo sepa, son MoonCup, DivaCup y Lunnete. Yo tengo la FemmeCup, que es bastante más barata y se la ve un poquito más sencilla, pero al fin y al cabo hace la misma función y sale más económica.
Hace algo más de 3 años que la uso (he tenido dos, ahora la FemmeCup y antes la MoonCup, pero la dejé demasiado tiempo en agua hirviendo para esterilizarla y se me quemó…) y me va muy bien. Al principio me costó pillarle el truquillo, sobre todo para quitármela, pero si la aprietas para que salga el aire, te la puedes quitar sin problemas. Me costó más aprender en su día a ponerme los tampones con aplicador que la copa menstrual.
Y bueno, es súper práctica. Yo, al menos, me la pongo una vez al día y se me olvida literalmente que tengo la regla. Como mucho, muchísimo, la vacío dos veces al día, pero lo habitual es hacerlo una. Te la pones en la ducha y te olvidas. Suena a marketing, pero es cierto, por lo menos en mi caso.
Y también es guay, porque así ves la cantidad de sangre que sueltas, que no es tanta como creemos. Pero, como al mojarse la celulosa o tela de las compresas o los tampones se expande el líquido, nos creemos que soltamos mares, y no es así.
Y como la sangre se acumula tal cual en la copa, también somos conscientes de cómo es realmente. Así, en caso de cualquier problema o infección, podemos darnos cuenta. Con los tampones o compresas, al estar la sangre “modificada”, es más difícil verlo.
¡Muchas gracias por tu testimonio, Cabrona!… (aunque suene mal la expresión)
http://www.acciocultural.org/noticias/2010/03/09/femmecup-la-copa-menstrual/