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BROKEN HARD – Díselo con flores.

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Díselo con flores

Como estamos viendo en las últimas semanas, existen muchos canales de comunicación distintos a la palabra que nos permiten expresar lo que pensamos y lo que sentimos de una manera más o menos exacta. Las flores forman uno de estos lenguajes, al menos desde el punto de vista del marketing.

Y de entre las flores, la rosa es, sin duda, una de las más utilizadas para transmitir mensajes de amor, desamor, celos, esperanza y cualquier otro estado de ánimo del corazón. Vale la pena pararnos por un momento a analizar las asociaciones atribuidas a los distintos tipos de rosas, según su color:

Azul: misterio, obtención de un imposible.

Vale, pero si tan difícil está la cosa, quizá enviarle una rosa no sirva para nada… Pero hay que intentarlo, ¡qué carajo! La esperanza es lo último que se pierde.

Borgoña: belleza.

Esto de la belleza es muy relativo, pues la belleza está en los ojos que miran. Por lo tanto, usad el color Borgoña si la encontráis bella, aunque en realidad sea un adefesio…

Coral o Naranja: deseo, pasión.

Ideal para las más lanzadas, supongo, siempre que la otra parte entienda el mensaje y el significado del color, claro…

Rosa subido: gratitud.

¿Gratitud por qué? ¿Por haber “concretado” con ella, por fin? ¿O por habernos dejado claro que solo quiere ser nuestra amiga? En fin…

Lavanda (violeta): amor a primera vista.

¡Anda! ¡Tanto criticar a las lesbianas y ahora resulta que somos las reinas del amor a primera vista! Aprovechad, chicas, aprovechad y sacad el máximo partido a nuestro color y de lo que significa…

Rosa suave: admiración, simpatía.

Siendo así, una rosa rosa suave sería la más idónea para aquellas que todavía no han descubierto que son lesbianas y creen que lo que sienten por esa mujer no es amor sino “admiración” y “simpatía”.

Rosa: gracia.

¿Hay alguna que os haga tilín, que os caiga en gracia? Pues ya sabéis lo que tenéis que hacer: venga esa rosa de color rosa.

Rojo: amor.

Para cuando las cosas suben de tono y esa amistad o atracción inicial va a más. Para estos casos, parece que el rojo subido es lo que se lleva.

Blanco: inocencia, pureza, secretos, reverencia y humildad.

Para amores asexuados. Que se abstengan las apasionadas.

Amarillo: amistad, amor agonizante o amor platónico. En países germano-parlantes: celos, infidelidad.

¡Qué mal rollo! Algún día, alguien debería explicar por qué se asocia siempre el color amarillo con el mal rollo. Cuando significa amistad, tiene un pase, pero del resto es mejor no hablar. Pues eso, una rosa amarilla para cortar una relación, ¿no?

Rojo y blanco: unidad.

¿Unidad? Pues entonces las rosas rojas y blancas son ideales para las parejas de lesbianas, siempre juntas como un pack de dos Donuts…

Rojo y amarillo: juego, felicidad, excitación.

Menos mal que el amarillo, combinado con el rojo, gana puntos positivos…

Ya lo veis, un verdadero recital de colores, sentimientos e intenciones a través de algo tan sencillo y natural como una rosa. A saber quién se habrá inventado este código para complicarlo todo… Sea cual sea vuestro caso, aseguraos de que la otra persona entenderá vuestro mensaje o, de lo contrario, la rosa perderá todo su sentido, y vosotras perderéis la cabeza… La raza humana, qué rara es…

Youtube – Mecano “Una rosa es una rosa”

Imagen de previsualización de YouTube

http://es.wikipedia.org/wiki/Lenguaje_de_las_flores

La Polli-Carme Pollina



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