Broken Hard –Otra oportunidad.
Otra oportunidad
“Cariño, ¿por qué no nos damos otra oportunidad?”…
“¡Intentémoslo de nuevo!”…
“¿Y si empezamos de cero?”…
Son frases que quizá hayamos oído o pronunciado a lo largo y ancho de nuestro currículum afectivo. Cuando una relación no funciona o pasa por un momento bajo aparece la sombra de la ruptura. ¿Vale la pena tratar de arreglar la situación?
Pues depende, como todo en esta vida. Si darle una nueva oportunidad a la otra significa que la otra aprovechará esa “oportunidad” para seguir siéndonos infiel a la primera de cambio, quizá no tenga demasiado sentido, a menos que la relación esté planteada sobre la base de la libertad sexual de todas las partes.
Si intentarlo otra vez nos lleva a caer en los mismos errores del pasado, y quizá en otros nuevos, mejor que lo dejemos como está o que afrontemos la ruptura con la máxima dignidad posible.
A pesar de todo y de todas, no podemos generalizar. Con las cosas del querer hay que ser cariñosas y querernos mucho, valga la redundancia. Debemos ser generosas y ponernos en el lugar de la otra parte siempre que sea posible. Hagámoslo y, a lo mejor, descubriremos que ella no es tan culpable ni nosotras somos tan inocentes, ni de lejos.
Lo cierto es que no hay nada claro en las nuevas oportunidades, por una razón muy simple: eso tan tópico y típico de “empezar de cero” es, sencillamente, imposible. Solo se empieza de cero una vez en la vida, una sola: cuando nacemos. Para todo lo demás llevamos colgada una mochila más o menos pesada llena de recuerdos, amores y desamores, placeres y amarguras, una mochila que en demasiadas ocasiones no nos permite actuar ni pensar con plena libertad. El hombre es un ser condicionado por sus circunstancias; la mujer, mucho más aún.
Vídeo de Youtube: “Joaquín Sabina – Amor se llama el juego”
FOTO: frank_l_ludwig
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