Broken Hard: La poda de final de verano
La poda de final de verano
¡Qué bonitos los amores de verano! ¡Y qué poquito duran! Lo que duran los calores, claro, salvo honrosas excepciones. ¿Y lo mal que acaban a veces? Siempre por lo mismo, la culpa la tiene el follaje…
Todo crece al calor del verano: las emociones, las expectativas, las enredaderas del corazón… Y poco a poco nos liamos, nos dejamos mecer por el frondoso ramaje del sexo, que solemos confundir con amor… Y al final, cuando se acaba, nos quedamos mustias, sin vida, no sabemos por qué y tampoco sabemos qué debemos hacer. Tranquilas, he aquí la solución.
LA PODA DE FINAL DE VERANO
Dicen las personas entendidas que es necesario podar al final del verano, para eliminar el follaje excesivo y descargarnos de toda la materia inútil. ¿Y por qué? ¿Cuál es el objetivo? El objetivo no es otro que renacer en otoño, florecer con más fuerza y energía, sin malgastarla en ramas y flores secas fruto de esplendores pasados. Por lo visto, esta poda de mantenimiento es imprescindible para afrontar con éxito la nueva temporada.
Claro, ahora se entiende la falta de energía general que nos asalta en las últimas semanas de agosto… Demasiado follaje superfluo alrededor de nuestro corazón, empeñado en atarnos al pasado. Lo pasado, pasado está, hay que eliminar lo que ya no nos sirve, lo que nos ata y nos impide continuar creciendo, lo que un día nació y vivió con esplendor. Todo lo que nace muere, sobre todo en verano.
Se acaba el verano… ¡Vamos a podarnos! Eso sí, siempre cortando por lo sano, nunca arrancando de raíz. Es bueno guardar algo para el recuerdo…
Jardinería fácil: la poda de final de verano
FOTO: Sobredo
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