BROKEN HARD – A golpe de abanico.
A golpe de abanico
…Y ya que hablamos de distintos lenguajes para expresar lo que pensamos y lo que sentimos… ¡Vaya tela con el abanico! ¿Alguna vez os habéis parado a pensar todo lo que puede expresarse con un artilugio tan anacrónico como el abanico? Según cómo lo abramos o cerremos, cómo nos abaniquemos, cómo lo sostengamos o dónde lo apoyemos estaremos transmitiendo unos mensajes completamente distintos… ¡Ojito con el abanico, que viene cargadito de segundas intenciones!
1. Abanicarse rápidamente = “Te amo con intensidad” (o eso, o “me asfixio de calor, ¿estaré menopáusica?”).
2. Abanicarse lentamente = “Soy una señora casada y me eres indiferente” (o bien “no tengo calor pero me abanico por hacer algo, por aburrimiento, porque soy muy fashion y el abanico combina con mi vestido”).
3. Cerrar despacio = “Significa un ‘Sí’ rotundo” (¿sí a qué? ¿A marcar la casilla de la Iglesia en mi declaración de renta? Por favor, no cerréis el abanico despacio si no habéis comprendido bien la pregunta). Pero si se abre y se cierra rápidamente significa, “Cuidado, estoy comprometida” (¿comprometida con qué? ¿Con el hambre en África? ¿Con la República? Lo dicho, antes de contestar, fijaos muy bien en el mensaje, para no cagarla).
4. Cerrar rápido = “Significa un ‘No’ rotundo” (eso que algunos hombres heterosexuales no entienden y creen que es un “Sí”).
5. Dejar caer el abanico = “Te pertenezco” (cuidado con esto, sujetad muy bien el abanico, porque si se os cae por error podéis tener problemas. No olvidéis que en los países latinos el amor suele ser muy posesivo).
6. Levantar los cabellos con el aire del abanico = “Pienso en ti, no te olvido” (¿y por qué no me mandas un WhatsApp o un SMS para decírmelo? ¿Por qué te complicas la vida con el maldito abanico?).
7. Contar las varillas del abanico = “Quiero hablar contigo” (¿de qué? ¿Por qué? ¿Y qué culpa tienen las varillas?).
8. Apoyarlo sobre la mejilla = Sobre la mejilla derecha significa “Sí”. Sobre la mejilla izquierda es “No” (¡Menudo lío, por favor!).
9. Sujetar el abanico abierto con las dos manos = “Es mejor que me olvides” (¡Pues haberlo dicho antes, coño, y nos habríamos ahorrado tanto rollo con el abanico!).
10. Cubrirse los ojos con el abanico abierto = “Te quiero” (Y yo a ti, tonta). Si se cubre el rostro puede significar “Cuidado, nos vigilan” (¿Quién? ¿La pesada de tu madre? ¡Dale puerta ya!).
11. Abrir el abanico y mostrarlo = “Puedes esperarme” (¡Y un cuerno! Estoy harta de esperar. O concretamos ya u olvídate de mí.
12. Apoyar el abanico a medio abrir sobre los labios = “Puedes besarme” (Vale, ¿pero dónde te beso? ¿De qué labios estamos hablando? Si no apartas el abanico, no puedo).
13. Llevarlo o moverlo con la mano derecha = “Amo a otra” (¡Pues qué bien! ¡Que te aproveche, guarra!).
14. Pasar el abanico de una mano a otra = “Estás flirteando con otra” (¿Y qué voy a hacer si no? Si tú amas a otra, yo puedo flirtear con otras, digo yo, ¿no?).
15. Girar el abanico con la mano derecha = “No me gustas” (Y tú a mí tampoco… ¿Qué te has creído?)
16. Darse un golpe en la mano izquierda con el abanico cerrado = “Ámame” (¡Por fin, a ver si concretamos ya, mona!
17. Bajar el abanico a la altura del pecho = “Podemos ser amigas” (¿Y entonces por qué me señalas las tetas con el abanico? ¿Eh? Las amigas no se miran los pechos. ¿En qué quedamos? A mí me da que eres una mojabragas…)
18. Cerrar el abanico sobre la mano izquierda = “Me casaré contigo” (Eso será si yo quiero, ¡no te jode! ¿No habíamos quedado en que éramos solo amigas? No me gusta el matrimonio. ¡Viva el amor libre!).
19. Poner el abanico sobre la oreja derecha = “No reveles nuestro secreto” (¿Cómo? ¿Todavía estás en el armario, chica? ¡Pues peor para ti!).
20. Arrojar el abanico = “Te odio”. Adiós, se acabó” (Claro, hay mujeres que no pueden soportar la verdad. Pues adiós, que te vaya bonito…).
Martirio, Loles y Marifé – “Señora vecina”
